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-¿Qué vas a querer hacer para tu cumpleaños? -preguntó Cristian con curiosidad aunque faltaban todavía casi diez días para la fecha, sin saber que Lisandro detestaba festejar.

-Nada... -comenzó Lisandro, intentado pensar bien qué decir. Cristian era muy convincente -la mayoría de los chicos están de vacaciones. Y nunca me gustó festejar mi cumpleaños.

-¿En serio? -el moreno frunció el ceño, extrañado. A él le encantaba celebrar cada cumpleaños, suyo y de sus seres amados -¿no querés que hagamos nada nosotros, al menos?

El teñido suspiró. Definitivamente su novio podía ser muy convincente.

-Está bien, podemos salir, si querés...

-Mi amor, es tu cumpleaños, no el mío -argumentó Cristian con dulzura- vos sos el que tiene que decidir lo que quiere hacer. ¿No me querés contar por qué no te gusta festejar?

-Porque... no -en realidad, Lisandro nunca se había puesto a pensar en por qué no le gustaba, simplemente hacía de cuenta de que era una fecha más y listo. Al ser en enero, donde la mayoría de las personas estaban de vacaciones, le resultaba muy sencillo evitar los festejos-porque mi hermano está lejos, porque veo que cada vez tengo menos personas en mi grupo, porque todo el mundo está de vacaciones... no me gusta, Cris. Perdón.

Cristian pudo notar la tristeza en los ojos de su novio. Sabía que las fechas especiales le resultaban incómodas por la ausencia de su madre, la mala relación con su padre, la distancia de su hermano... pero él le había prometido que no iba a sufrir más, y estaba dispuesto a hacer algo para cumplir con esa promesa.

...

El timbre sonó mientras Lisandro se estaba terminando de vestir y perfumar. Para festejar el día de su cumpleaños, Cristian lo había invitado a cenar a un lugar que aún no le había dicho donde era, solamente le había dicho que lo pasaría a buscar.

-Feliz cumpleaños, mi amor -Cristian lo abrazó cuando subió a su auto -me olvidé de tu regalo en casa, no me mates. ¿Podemos volver a buscarlo?

Lisandro soltó una carcajada. Lo que menos le importaba era el regalo, estar allí en ese momento con el hombre que amaba era el mejor regalo que podría tener.

-No importa, Cris, me lo das después. ¿A dónde vamos?

Cristian frunció el ceño. Tenía una mirada misteriosa que desconcertaba a Lisandro, se lo veía nervioso.

-Vamos a buscar el regalo rápido y después a festejar, ¿sí? -insistió.

En menos de diez minutos llegaron a la casa de Cristian, quien insistió en que Lisandro lo acompañara. El teñido no comprendió la urgencia ya que tranquilamente lo podía esperar en el auto, pero algo en la mirada de Cristian le decía que algo no andaba bien así que finalmente cedió y lo acompañó.

-Tomá, ¿podés abrir? -Cristian le extendió la llave de su casa -me olvidé algo en el auto. Lisandro lo miró extrañado, ¿qué significaba toda esa escena? La actitud de su novio ya comenzaba a fastidiarlo.

Giró las dos vueltas de la llave y prendió la luz, cuando un tremendo ruido casi lo mata de un infarto.

-¡Sorpresa! ¡Feliz cumple! -un grito unánime lo recibió.

-Este es tu regalo -Cristian lo abrazó por la espalda -para que nunca más sientas que tenés cada vez más personas.

Lisandro tuvo que contenerse para no soltar lágrimas de emoción. No se esperaba ese gesto de su novio ni encontrar a todas las personas que más quería allí reunidas, estaban todos los antiguos miembros de su grupo de amigos como Julián, Enzo, Leandro, Nicolás, Alejandro y su mejor amigo Nahuel, así como también todos los nuevos que se fueron sumando en el último año como Paulo, Rodrigo, Lautaro, Taglia y hasta su compañero de trabajo Alexis.

Serendipia (Cuti x Licha AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora