Capítulo 7

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SORPRESA

HAYLEY

—... No lo puedo creer, es tan adorable —Expresé maravillada.

El cachorro era un Husky siberiano de color rojizo, ojos azules como los míos. Si hubiera una reencarnación mía, sería ella.

—Así no te sentirás sola en casa, ahora tendrás compañía —explicó mi madre.

—¡Gracias!

No había manera de agradecerle a mi madre todo lo que hacía por mí. Ella había sido mi sustento cuando estaba a punto de romperme por completo. La amaba. Y haría cualquier cosa para verla feliz de nuevo.

—Sí, colocaré un anuncio para buscar un cuidador de mascotas —anunció mi madre. Se levantó del sofá y se acercó al cachorro y lo acarició.

Era bellísima. Sin duda era la mejor mamá del mundo.

—De acuerdo. Pero, me gustaría pasar tiempo con —Pensé en algún nombre para mí nueva mascota.—Kira, ese será su nombre —Decidí finalmente.

El cachorro caminaba de un lado a otro, dando saltos de felicidad.

—Si así lo deseas, no me opondré —Agregó al fin mi madre.

Al terminar de hablar con ella, subí a mi habitación. El cachorro se dirigió a la cama y subió deprisa. Me acerqué lentamente y lo abracé. Amaba a los perritos.

El recuerdo de mi padre seguía intacto en mi mente. Aún no podía comprender cómo había personas que lo superaban en un día, que seguían con sus vidas como si nada hubiera pasado. Yo no podía, aunque lo intentara, era inútil. Desde el fondo de mi corazón deseaba que todo esto fuera solamente una pesadilla, pero no, esta era mi triste realidad.

Porque la vida siempre nos pondrá pruebas y dificultades, para convertirnos en personas fuertes y mostrarnos que nunca habrá adversidades tan grandes para nosotros.

Miré por la ventana y me centré en admirar el cielo, era hermoso. Ahora tenía sentido la frase de mi padre.

"Nunca te centres demasiado en los problemas, ya que no podrás ver con claridad la belleza que lo rodea».

Quería despejar mi mente, así que bajé a la sala y escuché unas voces.

En medio de todo, un rostro se hizo presente en la sala.

—Cariño. Fred será el cuidador de Kira.

Mi madre soltó de golpe aquella oración. ¿Cómo? Quería que alguien me explicara de qué trataba esta broma.

—¿Qué? —Contesté con un monosílabo.

—Tengo experiencia, de hecho los fines de semana me dedico a cuidar mascotas —Fred habló con indiferencia.

Él era diferente a todos los chicos que había conocido. Su camisa gris resaltaba el color de sus ojos. Examiné su rostro, tenía labios finos que parecían hechos del más rojo coral.

—Está bien —Acepté. No muy convencida.

—Hayley, ve con él en la salida —Ordenó mi madre.

Él se levantó del sofá, y comenzó a caminar, mientras yo lo seguía por detrás y un minuto después ya estaba por irse.

—¿Y cuándo empezarás a cuidar de Kira?

Rompí el incómodo silencio.

Él solo me miró sin disimulo alguno.

—Mañana por la tarde.

Mi Chica FrancesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora