CHICA ESPECIAL
FRED
—¿Y bien? —insistí.
Nunca imaginé que Hayley me causara tanta impaciencia, esta chica era diferente a todas. Era bonita, pero no me refería a su físico, sino a su personalidad. No podía explicarlo, simplemente me hacía sentir extraño.
«Ella te gusta, solo no quieres admitirlo»
Y de nuevo con esa vocecita. Estos días me había estado molestando demasiado, hasta el punto de dejarme irritado.
—La cicatriz es a causa de un accidente que tuve cuando montaba a caballo —dijo Hayley, restándole importancia.
Me lamí los labios y me pasé la mano por el mentón.
—Vaya, vaya. Sí que sabes cómo sorprender a las personas —comenté y mi expresión juguetona volvió.
Ella bajo la cabeza. Lo que me hizo pensar una cosa.
Estaba nerviosa.
Siendo sincero, no era la única que lo estaba.
—Es tu turno, ¿qué cosas te agradan, ya sea actividades, colores, todo?
Me reí al escuchar su pregunta, me esperaba algo diferente.
—Me gusta tocar el piano y la guitarra, amo el color verde, las tartas de fresa y los helados del mismo sabor.
¡Maldición!
Había sonado emocionado.
Y lo peor de todo, era que la chica llevaba puesto un vestido del mismo tono.
Bien hecho, idiota.
Ella me miró con un brillo en los ojos.
—Guao, eso es increíble. ¿Cuáles son tus temores? —preguntó atropelladamente.
Lo pensé por un momento, la respuesta era muy clara para mí, pero no sabía si debía confiar en ella.
—Las alturas.
De repente, noté una sonrisa divertida en sus labios.
—No me lo creo.
Ella no borró su sonrisita en absoluto.
—Pues hazlo porque lo digo en serio —aclaré con un poco de nerviosismo.
Me arrepentí internamente.
Debo actuar normal. Ella no es especial.
No lo es.
No lo es.
Deja de hacer esto, Fred. Tarde o temprano tus sentimientos se apoderarán de ti y acabarás aceptándolos.
Guarda silencio.
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Mi Chica Francesa
Teen FictionHayley Dufour es risueña, fuerte y simpática. Fred Russell es frío, misterioso e inexpresivo. Ella vive en Francia, y ha seguido adelante después de la trágica muerte de su padre. Él ha crecido con su madre en Melbourne, siempre soñó con...