TERCER ENCUENTRO. (LIBRO I)

RESIGNACIÓN



Pasé las manos por mi cabello intentando sacudirme la frustración que me causaba que April creyese tal idiotez.

—No puede ser que asumas que es cierto lo que lees en páginas de chismes y cotilleos.—le solté de forma brusca.—Lo que estás pensando nunca sucedió April—la miré fijamente mientras ella me dedicaba una sonrisa desganada y negaba con la cabeza.

—No estás entendiendo, no quiero explicaciones. No me interesa tal asunto. Lo que si me asombra es que estés aquí ¿Qué quieres Ethan?

«Follarte»

Comenzó a organizar una de las vitrinas frente a nosotros, alejándose un par de pasos. Algunas empleadas alrededor observaban con cautela. Me tensé ante su actitud, claro que merecía ese trato aún así no lo quería. Moría por tomarla entre mis brazos y despojarla de la ropa, quería poseerla allí mismo justo en ese instante y bajarle tanta altanería.

«Para. No vayas por ahí.» Me obligué a no pensar en ello.

—Tenemos una conversación pendiente...—comencé

—¿Sobre?—me cortó secamente volteando a mirarme con una ceja enarcada.

—¡Joder, sobre todo! ¿Por qué quieres actuar como si nada hubiese pasado?—inquirí bastante irritado.—¿Qué no ves que intento disculparme?

—No me debes nada Ethan y la verdad no quiero escucharlo.—soltó encogiéndose de hombros y restándole total importancia.

«¡Qué exasperante, joder!»

—Aunque no quieras escucharlo y decidas actuar de esta forma tan ridícula, ambos sabemos lo que sucedió y aquí estoy admitiendolo. Ven conmigo a la oficina —pedí pero ella ni se inmutó y a cambio enarcó una ceja, así que me haría decirlo allí. Exhalé sin reconocerme —Lo siento April, ¿de acuerdo?. Lamento el trato que te dí anteriormente. No lo merecias.—expuse con vehemencia y la tomé del brazo para que me viera, sus ojos se fijaron al fin en los míos y noté claramente su asombro mientras se mordía el labio inferior sopesando que decir a continuación.

—No te entiendo, Ethan, ni siquiera sabía que seguías en la ciudad hasta que te ví anoche ¿Por qué haces esto ahora?—cuestionó mientras sus ojos me mostraban cómo bajaba la guardia, y decidí acercarme un paso más para acortar la distancia, fui totalmente consciente de la electricidad que se generó cargada de ansiedad estando tan cerca.

—Sé que han pasado varias semanas. Llevo la puta cuenta. April, yo... la verdad aún no comprendo que carajos me sucede contigo. Creí que lo correcto era darte tu espacio. No estoy acostumbrado a esto mujer, es totalmente nuevo para mi y no se suponía que me afectaría de este modo...—sentí el alivio de ser franco pero el agobio de exponerme.

Siguió mirándome mientras sus ojos se cristalizaban bajo las gafas y se sonrojó mostrándome cuanto le afectaban mis palabras y no pude sentirme peor.

«¿Por qué me afectaba tanto?»

Acorté un poco más la distancia y elevé mis dedos a su rostro mientras mi corazón daba brincos impresionantes. Logré rozar sus mejillas y estás hervían bajo mi tacto. Suspiró y me dedicó la mirada más intensa que sentí en semanas. Acuné su rostro entre las palmas de mis manos y nos acerqué uno al otro

—April.—recé tan cerca de sus labios que se me erizó la piel. Estaba a punto de besarla...

—¿April?, ¿Todo va bien?—inquirió la voz de un tipejo a nuestras espaldas sobresaltándola y haciendo que ella se alejase totalmente de mi sin haber podido besarla. «Maldita sea» me quejé para mis adentros.