Problemas paternales.

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Severus Snape observó con preocupación a su alumna t/n, que se sentaba en la mesa más alejada del Gran Comedor. Era una de las pocas estudiantes de Slytherin que le caía bien, y la veía como una hija desde que era una niña. Pero también era una solitaria, que apenas hablaba con nadie y que siempre parecía cansada y pálida.

Snape sabía que la joven tenía problemas con su padre, un mago oscuro que la maltrataba y que solo vivía con ella porque su madre había muerto. Snape había intentado protegerla de él, pero el Ministerio de Magia no le hacía caso. Y lo que era peor, la chica siempre negaba que tuviera un problema, y se mostraba orgullosa y desafiante.

Pero Snape no era tonto. Se había dado cuenta de que T/n apenas comía, y que cuando lo hacía, se iba corriendo al baño. También había notado que llevaba ropa holgada y que se cubría el cuello con una bufanda, como si quisiera ocultar algo. Snape sospechaba que T/n sufría de algún tipo de trastorno alimenticio, y que necesitaba ayuda urgente.

Un día, después de la clase de Pociones, Snape llamó a la joven a su despacho. La chica entró con recelo, y se sentó frente a él.

- ¿Qué quiere, profesor? -preguntó con voz fría.

- Quiero hablar contigo, T/n. Estoy preocupado por ti -dijo Snape con seriedad.

- No tiene por qué estarlo. Estoy bien -respondió T/n con indiferencia.

- No, no lo estás. Sé que tienes problemas con tu padre, y que eso te afecta. Pero hay algo más, ¿verdad? Algo que no me quieres contar.

La chica se tensó, y bajó la mirada.

- No sé de qué habla, profesor. No tengo ningún problema.

- No me mientas. Sé que no comes, y que cuando lo haces, te provocas el vómito. Sé que te haces daño a ti misma, y que te escondes las heridas. Sé que sufres, T/n. Y quiero ayudarte.

Ella se quedó en silencio, y unas lágrimas se escaparon de sus ojos.

- ¿Cómo lo sabe? -susurró.

- Lo sé porque me importas, T/n. Eres una de mis mejores alumnas, y te veo como una hija. No quiero que te hagas daño, ni que te dejes morir. Quiero que seas feliz, y que te quieras a ti misma.

T/n sollozó, y se abrazó a sí misma.

- No puedo, profesor. No puedo ser feliz. No puedo quererme. No valgo nada. Soy una basura. Mi padre me lo dice todos los días. Me dice que soy fea, que soy débil, que soy una vergüenza. Me dice que ojalá hubiera muerto yo en lugar de mi madre. Me dice que me odia, y que me va a matar.

Snape sintió una rabia y una pena inmensas. Cómo podía alguien ser tan cruel con su propia hija. Cómo podía alguien hacerle tanto daño a una niña inocente.

- T/n, escúchame. Tu padre es un monstruo, y lo que te dice son mentiras. Tú no eres ninguna basura, ni ninguna vergüenza. Tú eres una persona maravillosa, y vales mucho. Eres inteligente, eres valiente, eres leal. Eres hermosa, T/n. Por dentro y por fuera. Y hay gente que te quiere, y que te aprecia. Yo te quiero. Y te voy a ayudar.

La jóven levantó la cabeza, y miró a Snape con incredulidad.

- ¿Me quiere? ¿De verdad?

- Sí, T/n. Te quiero como si fueras mi hija. Y te voy a ayudar a salir de este infierno. Te voy a llevar a un lugar seguro, donde nadie te hará daño. Te voy a conseguir un tratamiento, para que te recuperes de tu trastorno. Te voy a apoyar, para que recuperes tu autoestima. Te voy a enseñar, para que cumplas tus sueños. Te voy a cuidar, para que seas feliz.

T/n no podía creer lo que oía. Snape le estaba ofreciendo lo que siempre había deseado: amor, protección, esperanza. Snape le estaba tendiendo la mano, y le estaba invitando a vivir.

La joven se levantó, y se acercó a Snape. Lo abrazó con fuerza, y le dijo:

- Gracias, profesor. Gracias por quererme. Gracias por ayudarme. Gracias por salvarme.

Snape la abrazó con ternura, y le dijo:

- De nada, T/n. No quiero que pases lo que una vez yo sufrí y siempre he sentido que debo protegete

Y así, Snape y T/n empezaron una nueva vida juntos. Una vida llena de amor, de confianza, de felicidad. Una vida que les pertenecía, y que nadie les podía arrebatar. Viviendo la ilusión de ser padre y la ilusión de ser una hija querida.

Travesura Realizada

Fanfic cortos para leer antes de irte a dormir (Versión Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora