Olvídate de mí

132 7 2
                                    

Severus Snape se sentía culpable. Había hecho algo imperdonable: le había borrado la memoria a su novia, T/n. Lo había hecho por su bien, o eso se decía a sí mismo. No quería que sufriera por su oscuro pasado. Pensó que sería mejor para ella olvidarle y empezar una nueva vida, lejos de él y de sus problemas.

Pero no había contado con que el hechizo no borrara sus propios sentimientos. Cada vez que la veía en Hogsmeade, sentía un dolor en el pecho, una nostalgia por lo que habían compartido, un deseo de volver a abrazarla, de besarla, de decirle que la amaba. Se odiaba por haberla herido, por haberla alejado de él, por haberla dejado sola.

T/n, por su parte, no entendía qué le pasaba. Desde una mañana que se despertó , se sentía extraña, como si le faltara algo. Tenía sueños confusos, en los que un hombre de pelo negro y ojos negros la miraba con ternura, la acariciaba con delicadeza, le susurraba palabras dulces. Pero cuando se despertaba, no recordaba su nombre, ni su rostro, ni su voz. Solo sabía que le echaba de menos, que le necesitaba, que le quería.

Un día, se encontraron en el pub donde ella trabaja de mesera. Snape fue solo para poder verla de nuevo, y T/n estaba sirviendo en la barra. Sus miradas se cruzaron, y sintieron un escalofrío. Snape se quedó paralizado, incapaz de apartar los ojos de ella. T/n se sonrojó, sintiendo una atracción inexplicable por él. Se acercó, impulsada por un instinto, y se acercó a su mesa y dijo:

- Hola, profesor Snape. ¿Puedo hablar con usted un momento?

Snape se sobresaltó, y se puso nervioso. No sabía qué decir o qué hacer. Quería huir, pero también quería quedarse. Quería ignorarla, pero también quería escucharla. Asintió con la cabeza.

- ¿Qué necesita, señorita? -preguntó Snape, con voz ronca.

- Quiero saber... quién es usted. -dijo T/n, con voz temblorosa.

- ¿Qué quieres decir? Soy profesor de pociones en Hogwarts lo sabe. -mintió Snape, con voz fría.

- No, no es verdad. Usted es algo más. Algo más para mí. -insistió T/n, con voz firme.

- No diga tonterías, señorita .No sabe lo que dice. -replicó Snape, con voz dura.

- Sí lo sé, profesor. Lo sé porque lo siento. Lo siento aquí. -dijo T/n, llevándose la mano al corazón.

- T/n, por favor, no haga eso. No hagas esto más difícil. -rogó Snape, con voz angustiada.

- ¿Más difícil? ¿Más difícil de qué? ¿De qué me está hablando, profesor? ¿Qué es lo que me oculta? -preguntó la chica, con voz curiosa.

- Nada, señorita. No te oculto nada. -negó Snape, con voz tensa.

- No me mienta, profesor. Yo sé que me miente. Yo sé que hay algo entre nosotros. Algo que usted me quitó. Algo que yo quiero recuperar. -afirmó la chica, con voz decidida.

- T/n, no... -intentó detenerla Snape, con voz asustada. Se levantó de la mesa y salió del pub... Pero T/n no se quedó ahí, lo siguió.

- Sí, profesor. Sí. Usted y yo éramos novios. Usted y yo nos amábamos. Usted y yo éramos felices. Hasta que usted me borró la memoria. Hasta que usted me hizo olvidar. Y me dejó. -reveló T/n, con voz apasionada. Sin dejarlo escapar hasta saber la verdad.

Snape se quedó sin aliento, sin palabras, sin defensas. No sabía cómo había descubierto la verdad, pero ya no podía negarla. T/n lo sabía todo, y lo había dicho todo. Y ahora lo miraba con unos ojos que le pedían explicaciones.

- ¿Cómo... cómo lo sabes? -preguntó Snape, con voz débil.

- Lo sé porque lo recuerdo. Lo recuerdo todo. Recuerdo cómo nos conocimos, cómo nos hicimos amigos, cómo nos enamoramos. Recuerdo cómo me besaba, cómo me abrazaba y cómo me hacía el amor.Recuerdo cómo me prometió que nunca me dejaría, que siempre me querría, me sería fiel. Recuerdo todo, profesor. Recuerdo todo, Sev. -respondió T/n, con voz dulce.

- ¿Sev? -repitió Snape, con voz sorprendida.

- Sí, Sev. Así es como te llamaba. -dijo T/n, con voz sincera.

- T/n... -susurró Snape, con voz emocionada.

- Dime, Severus. Dime por qué lo hiciste. Dime por qué me borraste la memoria. Dime por qué me alejaste de ti. Por qué me hiciste tanto daño. -pidió T/n, con voz suplicante.

- Lo hice por ti, T/n... Lo hice por ti. -confesó Snape, con voz arrepentida.

- ¿Por mí? ¿Qué quieres decir? -preguntó ella, con voz confundida.

- Quiero decir que te quería demasiado. Que te quería más que a nada. Que te quería más que a mí mismo. Y que por eso te dejé ir. -explicó Snape, con voz triste.

- No entiendo, Sev. No entiendo. -dijo T/n, con voz incrédula.

- Yo soy un hombre marcado. Un hombre con un pasado oscuro. No soy digno de ti, T/n. No soy digno de tu amor, de tu bondad ni de tú felicidad . Te mereces algo mejor. Algo mucho mejor que yo. -dijo Snape, con voz amarga.

- No digas eso, Severus. No digas eso. Tú eres lo mejor que me ha pasado. Tú eres lo único que quiero. Tú eres lo único que me hace feliz. No me importa tu pasado, Severus. Me importas tú. Solo tú.

- No sabes lo que dices. -dijo Snape, con voz desesperada.

- Sí lo sé, Severus. Sé lo que digo. Sé lo que implica y sé lo que arriesgo. Y aun así, te elijo. Te elijo a ti, Severus. Porque te amo. Y ni el hechizo más fuerte puede hacer que borre eso. -dijo T/n, con voz ardiente.

- T/n, no... -intentó resistirse Snape, con voz agónica.

- Sí, Severus. Sí. -insistió T/n, con voz vehemente.

Y entonces, hizo lo que Snape no se atrevía a hacer. Lo besó. Lo besó con pasión, con ternura, con amor. Lo besó con todo su ser, con todo su corazón. Y Snape no pudo más. Se dejó llevar. Y Correspondió al beso con la misma intensidad, con la misma dulzura y con el mismo amor.

Severus le susurró con voz ronca pero dulce:

- Te amo, T/n. Te amo.

- Y yo a ti, Severus. Y yo a ti. -le respondió ella, con voz suave.

Y se quedaron así, abrazados. Sin importarles nada. Solo ellos, solo ellos dos.

Pero entonces, Snape se despertó. Se despertó de su sueño. Y se dio cuenta de que todo había sido una ilusión. Una ilusión creada por su mente, por su corazón. Una ilusión que le hacía creer que T/n lo recordaba.

Se levantó de la cama, y se miró al espejo. Se vio a sí mismo, con el pelo despeinado, con los ojos hinchados y el rostro pálido, se odió. Se odió por haberla perdido, por haberla hecho olvidar.

Se vistió con su túnica negra, y salió de su habitación. Se dirigió a Hogsmeade, y una vez allí se sentó en una mesa . Miró a su alrededor, y la vio. La vio a ella, a T/n. La vio en la barra cómo siempre, riendo como siempre, y platicando con todos. La vio feliz, la vio radiante, la vio hermosa y sintió un nudo en la garganta.

Ella también lo vio. Lo vio a él, a Severus. Sentado en la misma mesa, aislado de todos, serio en su expresión, sombrío en su aspecto. Lo vio triste y solitario . Lo observo, y sintió una curiosidad, una inquietud en el cuerpo.

Pero no sabía por qué. No sabía por qué siempre se sentía así. No sabía por qué le atraía o por qué le importaba. No recordaba nada. No recordaba quién era él.

Y así, se quedaron mirándose. Hasta que T/n se acercó a él y dijo:

-Hola...- se presentó algo tímida -Te he visto por aquí varios días, y no sé por qué...-se detuvo y sonrió -Pero siento que te conozco de hace mucho...

Travesura Realizada

Fanfic cortos para leer antes de irte a dormir (Versión Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora