¡Feliz cumpleaños Sev!

133 13 1
                                    

Severus Snape se despertó con una sensación de vacío en el pecho. Era su cumpleaños, pero nadie parecía recordarlo. Ni siquiera su novia, T/n, con la que llevaba saliendo unos meses. Ella fue una estudiante de Hufflepuff, doce años menor que él, y la única persona que le hacía sentir algo de alegría en su vida. Severus se había enamorado de ella por su esfuerzo a hacerlo feliz . Ella le había aceptado tal como era, con sus defectos y sus secretos. Ella le había hecho creer que podía ser feliz.

Pero ese día, ella no le había enviado ninguna carta, ni le había buscado en el Gran Comedor, ni le había regalado nada. Severus se sintió herido y decepcionado. ¿Acaso no le importaba? ¿Acaso se había cansado de él? ¿Acaso había encontrado a otro?

Severus trató de olvidarse de su cumpleaños y de su novia. Se dedicó a estudiar, a practicar pociones y a evitar a los demás. No quería que nadie le viera vulnerable.

Pero por mucho que lo intentara, no podía dejar de pensar en T/n. ¿Qué estaría haciendo? ¿Qué le habría pasado?

Severus decidió que tenía que hablar con ella. Tenía que saber la verdad. Tenía que aclarar las cosas. Así que, cuando cayó la noche, salió de su despacho y se dirigió al pasillo donde estaba la entrada a la sala común de Hufflepuff. Esperó pacientemente a ver si T/n salía de hablar hablar con sus alumnos.

Preguntó a algunos alumnos de Hufflepuff si la habían visto, pero nadie supo decirle nada. Severus empezó a impacientarse. ¿Dónde estaba? ¿Qué estaba tramando?

Severus salió del pasillo de entrada de los Hufflepuffs y se dispuso a volver a su habitación. Tal vez T/n estuviera en la biblioteca, o en el lago, o en el campo de quidditch. Tal vez la encontrara por el camino. Tal vez todo fuera una broma.

Pero no la encontró. Y tampoco fue una broma.

Severus llegó a la entrada del bosque prohibido a distraerse. Allí vio algo, un guante que le indicaba tomar una nota. La nota decía:

"Severus, feliz cumpleaños. Te quiero. Ven a buscarme al interior del bosque. Te espero con una sorpresa. T/n."

El guante era de T/n lo sabía.Severus se quedó mirando a los lados. ¿Era eso lo que había estado planeando todo el día? ¿Una sorpresa en el bosque prohibido? ¿Qué clase de sorpresa sería?

Severus sintió una mezcla de curiosidad, nerviosismo y esperanza. Tal vez T/n no le hubiera olvidado. Tal vez T/n le quisiera de verdad.

Severus cogió la nota junto al guante y la guardó en su túnica. Luego, se adentró en el bosque prohibido, siguiendo un sendero iluminado por velas. No sabía qué le esperaba al final, pero estaba dispuesto a averiguarlo.

Severus caminó durante unos minutos, esquivando ramas, raíces y piedras. El bosque era oscuro y silencioso, salvo por el crujir de las hojas y el aullar de los lobos. Severus se preguntó si T/n estaría bien. ¿Y si le hubiera pasado algo? ¿Y si fuera una trampa?

Pero no era una trampa. Era una sorpresa.

Severus llegó a un claro del bosque, donde había un pequeño lago. Allí vio a T/n, sentada en una manta, rodeada de velas, flores y comida. T/n le sonrió al verlo y le hizo un gesto para que se acercara.

- Hola, Severus - dijo T/n con dulzura -. Feliz cumpleaños.

- Hola, T/n - dijo Severus con sorpresa -. ¿Qué es todo esto?

- Es tu regalo de cumpleaños - dijo T/n con emoción -. Quería hacer algo especial para ti. Algo que nunca olvidaras. Algo que te demostrara lo mucho que te quiero.

- ¿Me quieres? - preguntó Severus con incredulidad.

- Claro que te quiero - dijo T/n con sinceridad -. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Eres mi novio, mi amigo, mi confidente, mi cómplice. Eres mi todo.

- ¿Y por qué no me lo has dicho antes? - preguntó Severus con reproche.

- Porque quería que fuera una sorpresa - dijo la chica con una sonrisa -. Quería que pensaras que te había olvidado, para que luego te alegraras más al verme. Quería que fuera una noche mágica. ¿Lo es?

- Sí, lo es - dijo Severus con una sonrisa -. Es la mejor noche de mi vida.

- Me alegro - dijo T/n con una risa -. Entonces, ¿te gusta tu regalo?

- Me encanta - dijo Severus con un suspiro -. Eres el mejor regalo que he recibido jamás.

- ¿De verdad? - preguntó ella con una mirada.

- De verdad - dijo Severus con sinceridad.

Entonces, los dos se acercaron y se besaron con pasión. Se besaron como si no hubiera un mañana. Se besaron como si solo existieran ellos dos. Cómo dos estrellas que brillan en la penumbra del bosque.

Y así fue como Severus Snape celebró su cumpleaños. Con una sorpresa en el bosque prohibido. Con una novia que le quería. Con una felicidad que nunca había sentido.

Travesura Realizada

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 09 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Fanfic cortos para leer antes de irte a dormir (Versión Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora