"¿Hacemos sopa o no quieres primer plato?" – pregunto bajándome de un salto de la encimera, evitando mirarla más de la cuenta.
"Me quitas la sopa y a lo mejor no juegas a fútbol en dos años."
"Usted perdone." – río y levanto los brazos.
Cojo el cazo de metal y abro el grifo del fregadero, lo lleno de agua y lo pongo sobre uno de los círculos de la vitrocerámica.
"Ponlo a siete." – giro la cabeza hacia ella, que en algún momento había sacado el salmón del congelador y lo había puesto en un plato. Estaba la puerta del microondas abierta, y la chica me mira.
"¿En el mediano?"
Sacude la cabeza y señala el círculo pequeño. Asiento y muevo el recipiente, enciendo el sistema y pongo el agua a calentar. Oigo el zumbido del microondas y supuse que estaba descongelando la comida.
"¿Cuánto tarda en hervir el agua?"
"Tres o cinco minutos, más o menos."
"Vale. ¿Quieres hablar de algo mientras esperamos?"
"Como quieras." – se encoge de hombros y se da la vuelta, me fijo en sus hombros y la espalda que seguía, erguida. Su figura era algo que podría estar en el museo de esta tarde. – "Creo que ya te he dado mucho el coñazo hoy, sinceramente."
"No me has dado el coñazo."
"¿Me mientes?"
"No. Igual que no te miento cuando te digo que me pareces una persona tremendamente interesante."
Natalia se gira y simplemente levanta las cejas, con una expresión de sorpresa agradable.
Se pone de puntillas, exactamente igual a como lo hacía en el escenario y alcanza la botella de aceite de oliva y la deja en la mesa con todo lo demás que había sacado yo.
"Por ejemplo. ¿Por qué no vives en Francia, siendo de allí?"
"No soy de allí, soy mitad de allí." – me señala con el dedo, pero luego lo baja y suspira. – "Es cierto que podría vivir en Francia, pero no sé. Nunca me sentí realmente a gusto en aquella casa." – se muerde el labio. Su posición cambia, está alicaída.
"Natalia."
"Y sí, hay mejores sueldos, mejores infraestructuras, mejores sistemas, mejor formación, mejores trabajos y hasta mejores monumentos, quizás, por mucho que me duela admitirlo."
"Natalia." – susurro.
"Pero me niego a vivir en un sitio en el que no estoy contenta."
No me atrevo a interrumpirla.
"Y no creo que pueda vivir ya sin aceite de oliva."
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Question... - Alejandro Balde
FanfictionAlejandro Balde, futbolista del equipo más famoso del planeta, reúne el valor para acercarse a la bailarina protagonista de la representación que ha ido a ver al teatro y felicitarla por su actuación. Natalia, que lleva haciendo ballet desde que tie...