La fachada del estadio Spotify Camp Nou se alzaba vibrante ante nosotros.
Todo los aficionados cantaban, agitaban las banderas, había humo de colores de las bengalas, el ruido era ensordecedor.
Las entradas al interior estaban colapsadas. Había gente por donde sea que mirases.
Jaume me da la mano y empieza a andar firmemente hacia los espacios francos que se generaban con el movimiento de la multitud.
Yo me agarro a él como si estuviéramos en un ballet, no queriendo perderme en la marea azulgrana.
Llegamos a una de las entradas y enseñamos nuestros pases, y el guardia nos indica que pidamos más direcciones a los acomodadores dentro del estadio.
Entramos, cuando mis ojos se acostumbran de nuevo a la luz, entra en mi campo de visión la enormidad de la gradería de enfrente, con los goles escoltando los lados.
Jaume es el que me lleva, yo estoy demasiado ocupada admirando la construcción deportiva. Las letras que forman los colores de los asientos, el verde intenso del césped, la grada de animación que empezaba a entonar cánticos.
Nos sentamos bastante cerca del césped, en segunda o tercera fila. Nuestra sección estaba rodeada por unas vallas, suponía que sería donde venían los invitados, gente importante o las familias.
Y yo estaba aquí. Era surrealista.
Mi mirada sigue recorriendo cada detalle insignificante, fascinada.
Las graderías se van llenando y los chicos salen a entrenar. La música de los altavoces me retumba en los oídos.
Sonrío en cuanto identifico a Alejandro, que se da la vuelta con una sonrisa para saludar a la grada y mira hacia nosotros. Me hace un gesto con la mano y se pone a calentar por indicación del cuerpo técnico.
Van pasando los minutos y yo tengo sonrisa de tonta, sin despegar mis ojos de él. Noto que los demás que están detrás de mí hacen lo mismo conmigo y con Jaume.
Tras un rato que se me pasa más rápido de lo que pienso, empiezan a anunciar las alineaciones de los equipos. Los titulares salen al campo, para mi alegría, Alejandro estaba al lado de Gavi.
Se hacen la foto de la alineación y se mueven a su posición en el campo. Los capitanes se saludan y hablan con los árbitros, se dan la mano y se mueven también con sus compañeros.
Al minuto, el primer árbitro pita el inicio del encuentro y el balón empieza a rodar.
Noventa minutos pasan con gritos a mi alrededor, la afición animando con sus almas y celebración de algún que otro gol.
El último de los tres pitidos del árbitro señala el final del partido, todos rompemos a aplaudir emocionados por la victoria.
La energía me recorre mientras veo a los jugadores dirigirse a la grada de animación y agradecer el apoyo. Yo también sigo aplaudiendo.
Al volver a los vestuarios, Alejandro me sonríe al pasar.
Bajamos después de que los pasillos se hayan vaciado de gente, les enseñamos los pases a los de seguridad y nos metemos al túnel.
Veo cómo Alejandro se está abrazando a Alicia, se me revuelve el estómago de manera incómoda.
¿Y si conmigo no es verdad?
Jaume me pone un brazo alrededor de los hombros, notando mi inquietud.
"Eh, relájate. Ya sabes que puedo pegarle una ostia si es necesario." – me susurra, mientras me percato de que la separación les cuesta más rato de lo normal.
Ferran y Sira cuchichean por detrás de ellos.
"¿Habrá pasado algo?"
"Yo creo que algo tienen, pero él se resiste bastante, ya lo viste. Luego se empezó a llevar mejor con ella."
Trago saliva.
Alejandro no podía haberme mirado con los ojos vidriosos y mentirme.
¿Había algo que no me contó?
¿Ha decidido que con ella se lo pasa mejor?
Conmigo no ha hecho nada ni hemos ido a ningún sitio.
¿La entiende más a ella?
¿Las conversaciones que me parecían interesantes sobre experiencias comunes las habrá tenido con ella?
¿Habrán sido más interesantes?
"Natalia." – parpadeo confusa. Jaume está delante de mí, preocupado. – "¿Estás bien?"
"Creo que sí." – realmente no lo sabía. Mi cabeza estaba dando demasiadas vueltas por una acción que era lo más inocente del mundo.
"¿Segura? ¿Vols marxar?"
"No. Estoy bien."
Él agacha la cabeza y se pone a mi lado de nuevo.
Alejandro se da la vuelta y sonríe al verme. Viene a pasos rápidos y abre los brazos.
"¡Ey!" – me abraza efusivamente. – "¿Qué tal ha estado tu primera experiencia en un partido de fútbol? Encima hemos ganado, no puedes haber venido en mejor día."
Yo le sonrío forzosamente, sin procesar sus palabras.
"Me he enterado de poco, pero me alegro mucho de que hayáis ganado." – me relajo involuntariamente bajo su tacto, pero esa noche me iba a costar dormir. – "¿Podré hablar contigo luego?"
"Claro. ¿Pasa algo?"
"No, solo hablarte de la fiesta y eso."
"Ah, vale. Pues no sé si me dejarán quedarme por aquí, pero si no puedo, en cuanto llegues a casa me llamas, ¿vale?" – mira a Jaume sin soltarme las manos. – "Cuídamela, porfa. Acompáñala hasta casa y que esté bien."
Mi compañero de trabajo asiente serio.
"Te llamaré en un rato, cuídate tú también."
Me vuelve a abrazar de golpe. Yo abro los ojos de la sorpresa, apoyo mi barbilla en su hombro y le abrazo también, despacio. – "Gracias por venir. Me ha hecho mucha ilusión que estés aquí."
Respiro emocionada. – "Gracias por invitarme. Me ha hecho mucha ilusión poder venir."
En ese abrazo, recordé que quizás todo estaba bien.
Solo porque me había olvidado de que todo parecía ir en contra.
🚀🚀🚀🩰🩰🩰
estoy resfriadita odio los mocos
que alguien me recuerde por qué me vine a estudiar a galicia tanta lluvia no me merece la pena
enfin un capitulín para celebrar mi self-given puente porque necesito descansar y mañana no voy a ir a clase, de verdad que i need to stop
así que nada, os dejo con este cliffhanger ligerito, a ver si este finde también puedo subir el siguiente!!
espero que os guste, besitooos <3
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Question... - Alejandro Balde
FanfictionAlejandro Balde, futbolista del equipo más famoso del planeta, reúne el valor para acercarse a la bailarina protagonista de la representación que ha ido a ver al teatro y felicitarla por su actuación. Natalia, que lleva haciendo ballet desde que tie...