"Acuérdate de remover la pasta de la sopa." – me dice una vez se ha acabado la canción y se separa de mí cuando empieza la siguiente.
"Estaba siendo bonito."
"Luego se vuelve a hacer y no pasa nada."
Ruedo los ojos y la suelto un poco para acercarme a la comida. En cuanto termino, como no le he soltado la muñeca, le doy un tirón suave y la acerco a mí otra vez.
"¿Ves?"
"Calla y baila."
Ella se ríe y se apoya en mi pecho, suspira y se mueve a mi compás.
"Perdona, es que no sé bailar."
"Eres un bailarín maravilloso. Al menos para esto, y como estás conmigo, me vale."
Inspiro contento por su declaración.
"A mí también me vale estar contigo."
La noto sonreír y yo también lo hago.
"Deberíamos hacer el salmón."
"¿Puede esperar hasta que acabe la canción?"
"Sí."
"Entonces esperaremos."
Pasan los minutos de la canción que quedan y con muy pocas ganas, la suelto del todo.
Hace una reverencia de ballet y me río.
"Hala, a cenar. Que nos morimos de hambre."
"Sí soy."
Me pongo a apagar el fuego y a sacarlos platos para poner la comida, ella se coloca a mi lado y enciende otro hueco de la vitrocerámica para calentar el aceite en la sartén.
Intento no quedarme mirándola, pero la comodidad de su presencia me hacía querer dejarlo todo y abrazarla.
Así que opto por pasarle un brazo por los hombros rápidamente, darle un beso suave en la sien, una caricia en la manga de su sudadera y volver a lo mío.
Le echo otra mirada de reojo y la veo sonrojada. Sonrío para mí mismo.
"¿Tanto calor tienes que te pones roja de la vitro?"
"Cállate, Alejandro." – dice concentrada en evitar que el aceite hirviendo le caiga en la piel.
Me quedo atento, y cuando está fuera de peligro, respiro tranquilo y termino de poner la comida en los platos.
"Ay, su puta madre." – sisea. – "Odio cocinar."
"¿Qué pasa?" – me doy la vuelta.
"Nada, que me ha saltado el aceite caliente."
Algo dentro de mí dispara la preocupación como nunca. Me acerco en un paso a ella y le pongo una mano en la parte baja de la espalda, observo por encima de su hombro cómo se frota el interior de un dedo después de bajar la potencia del fuego. – "¿Estás bien?"
"Sí, tranquilo." – vuelve a frotarse la piel y le da un soplido.
"No hagas eso. Ven, vamos a echarte agua fría, así se te alivia más." – la empujo suavemente a un lado para colocarla enfrente del fregadero.
Abro el grifo y toco el líquido para asegurar que estaba a buena temperatura. Con cuidado, pongo su mano bajo el flujo de agua fría durante unos segundos y después lo cierro. Cojo un paño y le seco el exceso de agua delicadamente para no hacerle daño en la irritación.
A cada toque, voy moviendo la mano despacio hacia la suya. Enredo nuestros dedos, hacer contacto no tenía más razón de ser que la de un profundo instinto de que no me estaba equivocando.
La miro, encontrándomela con los labios algo abiertos, sin respiración, observando nuestras manos en la luz ambiente de su cocina.
Cuando gira la cabeza hacia mí, nuestros ojos conectan. Y hago lo único que parece que me pide el universo.
Acerco su mano a mis labios y dejo un beso suave en su piel, la veo inspirar.
"Alejandro."
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Question... - Alejandro Balde
FanficAlejandro Balde, futbolista del equipo más famoso del planeta, reúne el valor para acercarse a la bailarina protagonista de la representación que ha ido a ver al teatro y felicitarla por su actuación. Natalia, que lleva haciendo ballet desde que tie...