treinta y tres.

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Debí haber pensado lo del francés.

Sobreviviré.

Me estiro las mangas de la americana, enseño la entrada y me engulle la multitud mientras avanzo hacia las escaleras que llevan al piso superior de los accesos.

Voy directo hacia mi asiento, prefiero no preguntar. Lo bueno de no conocer a nadie aquí es que nadie me va a romper la experiencia.

Me siento, enciendo el móvil para revisarlo por última vez, mensajes infinitos del grupo del equipo, de Gavi, Pedri, Eric, Ansu y Pablo en los chats individuales. Suspiro leyéndolos desde la pantalla de bloqueo.

Dónde me había metido, que no había ido al entrenamiento, que les habían dicho que no estaba en Barcelona, que Xavi me iba a echar la bronca.

Apago el dispositivo, lo meto en el bolsillo interior de la chaqueta y me reacomodo en el asiento, esperando pacientemente a que apagasen las luces.

Me estremezco cuando empieza la música y me tuerzo hacia la derecha, para ver mejor el escenario desde el palco en el que estoy.

Los focos apuntan a las cortinas, el humo empieza a esconder los tablones del suelo. Aparecen los primeros bailarines y aguanto la respiración.

Sale ella.

***

Los asistentes estallan en aplausos cuando termina la última nota de la partitura, yo solo suspiro y sonrío al verla hacer la reverencia.

Espero pacientemente a que se vacíe la sala, de todas maneras, no tengo prisa. Aprovecho para revisar el móvil y otra vez y dejar en leído todos los mensajes que había visto antes.

Levanté la vista y ya estaba la ópera casi vacía, así que guardo el móvil, que había pasado más tiempo del que pensaba, y cojo mi chaqueta.

Salgo mientras me la pongo y estiro las mangas, despido a uno de los guardias de seguridad que había por el pasillo y me dirijo a la salida. Bajo las escaleras y me asomo al frío de la noche parisina.

Aún había muchísima gente acumulada en los exteriores del edificio, por lo que decido darme la vuelta y rodearlo por la parte de atrás.

Evidentemente, también había gente, pero no tanta como al otro lado. Aun así, tengo que abrirme paso casi a empujones.

Me freno en seco cuando veo una cara demasiado familiar en la puerta de salida.

Veo cómo sus ojos se nublan de sorpresa, no sabe si creer que estoy aquí de verdad o si es una alucinación suya.

Me limito a sonreírle como felicitación, con toda la honestidad del mundo, y sigo mi camino.

Cuando consigo sentarme en el metro, suelto un suspiro de cansancio y me preparo mentalmente para el estrés del viaje del día siguiente.

Fijo mi mirada en un punto del asiento de enfrente. Cuando vuelvo a la realidad, falta una parada para llegar a la mía.

Bajo, salgo de la estación y vuelvo a subir a la habitación del hotel.

Respiro hondo, sonriendo.

Había salido bien.

Así que con eso me bastaba para continuar.

Hasta que la vida nos volviera a encontrar.

Porque lo sabía.

Esa sensación nunca podía ser falsa.











🚀🚀🚀🩰🩰🩰

QUE SE HAN VUELTO A VER CELEBRAMOOOOOOOOOOOS

se festeja en el obelisco

decidme, qué pensáis que va a pasar ahora? cómo va a reaccionar natalia? contadme teorías 👀

vamos avanzando, ya estamos casi en el final aaaaaa qué ganas de que leáis el epílogo

nos vemosss <3

Question... - Alejandro BaldeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora