Subimos a mi piso y le invito a que se siente en el sofá mientras yo me quito la ropa de abrigo y la dejo en el vestidor. Aprovecho para pensar en la tarde de hoy, y sonrío al acordarme de cómo me ha dado las gracias por llevarle al museo y descubrirle un sitio nuevo.
"¿Quieres algo en especial para cenar?"
"No, lo que te apetezca a ti."
"¿Sopa y pescado se distancia mucho de tu dieta?"
"Qué va, está perfecto."
"Guay." – suspiro. – "Pues si necesitas algo, estaré en la cocina." – le sonrío.
"Espera. ¿Vas a cocinar tú?"
"Claro. Prometo que no cocino tan mal, no voy a envenenarte."
"No es por eso, tonta. Si no vamos a pedir comida, voy a ayudarte, al menos."
"Eres el invitado, no voy a dejar que hagas nada." – no quería pasar el tiempo sola si estaba él, pero tampoco iba a obligarle a hacerme compañía.
"No era una petición."
Ruedo los ojos y resoplo. – "Es imposible convencerte de lo contrario, ¿a que sí?"
"Chica lista."
Sacudo la cabeza y le sonrío, le hago un gesto para que me siga y le observo levantarse rápidamente del sofá. Viene hacia mí, observando mis rasgos atentamente, y me quedo bloqueada. No sabría bailar con él mirándome tan de cerca.
O a lo mejor sí, solo para impresionarle. Aunque creo que eso ya lo he hecho sin darme cuenta. Me esforzaba para sacar lo mejor de mí gracias a él, incluso más de lo que lo hacía antes.
Me doy la vuelta antes de que su mirada pueda sacarme respuestas sin preguntar.
Abro todos los armarios y le cuento dónde está todo, aunque me está mirando más a mí que a los muebles.
"¿Me estás prestando atención?"
"Muchísima. Pero tengo una pregunta."
"A ver."
"¿Eres tan ordenada para todo?"
Abro la boca con fingido enfado y me cruzo de brazos, ladeando la cabeza. – "¿No tengo pinta de ser una persona ordenada, Alejandro Balde Martínez?"
"Solo a veces. Por eso preguntaba."
"Eres..."
Él se ríe y yo le sigo justo después.
"No has contestado a mi pregunta, pero lo dejaré pasar, por ahora. Que hay que hacer la cena, no quiero morirme de hambre."
Me pone una mano en la mejilla y me sonríe, se mueve a un lado para empezar a sacar cosas de los armarios y yo voy a descolgar la llamada que suena insistente en mi teléfono, incapaz de no pensar que habían jodido el ambiente.
El nombre de mi hermano parpadea en la pantalla, deslizo el botón verde para contestar y sonrío cuando le veo pegado a la cámara.
"Hola, almirante."
"¡Ey! ¿Qué tal? ¿Te pillo en mal momento?"
"No, qué va. Iba a ponerme a hacer la cena ahora, puedo conversar mientras." – digo animada, mi hermano pequeño era de lo más especial que había para mí, así que aprovechaba cualquier cosa que hiciera con él.
"Ah, menos mal. Adriana se va a pasar en algún momento por aquí con los nenus, así que a lo mejor aparecen por ahí de repente dos niños rubios gritando."

ESTÁS LEYENDO
Question... - Alejandro Balde
FanfictionAlejandro Balde, futbolista del equipo más famoso del planeta, reúne el valor para acercarse a la bailarina protagonista de la representación que ha ido a ver al teatro y felicitarla por su actuación. Natalia, que lleva haciendo ballet desde que tie...