TIEMPO DESPUES. En el centro de la ciudad.
Mark se detuvo frente a la tienda de ropa, ubicada en el centro de la ciudad, en una de las zonas comerciales, había pasado por esta ya hace años, sintiendo una mezcla de curiosidad y vergüenza. ¿Qué estaba haciendo ahí? Él tenía ropa, la misma ropa que usaba desde hacía años, sin importarle mucho la moda o el estilo. Pero algo había cambiado, una chispa que se había encendido al ver la sonrisa de su compañera, aquella chica de cabello rizado. Ella era hermosa, inteligente y simpática, y Mark quería impresionarla, aunque fuera un poco. Quería verse bien la próxima vez que la viera, que lo notara, que tenía algo especial.
Se armó de valor y entró en la tienda, camino firme tratando de ignorar las miradas de los dependientes y los clientes. Se sintió abrumado por la variedad de colores, telas y diseños que había en las perchas y los maniquíes. No sabía por dónde empezar, ni qué le quedaría bien, apenas recordaba su talla de ropa. Se preguntó si debería pedir ayuda, pero le daba vergüenza admitir su ignorancia. Decidió que lo mejor sería elegir algo sencillo, clásico y elegante, algo que no desentonara con su personalidad. Su moda cómoda y opaca.
Se acercó a una sección donde había camisas de varios tonos de blancos y grises, su color favorito. Tomó una camiseta blanca y una sudadera al azar de color negro, las tomo y se la probó en el probador. Se miró al espejo y se sorprendió en lo diferente que le quedaba. La tela era suave pero cómoda, y el corte le favorecía. Se sintió más seguro de sí mismo, más atractivo, más feliz. Pensó en cómo reaccionaría ella al verlo con esa ropa, si le haría algún cumplido, si le sonreiría de esa forma que le hacía sentir mariposas en el estómago. Dejando esos pensamientos de lado salió de los vestidores algo avergonzado, al pensar en esas cosas. Algo que no había sentido en mucho tiempo.
Al salir de los vestidores, vuelve a buscar algo más, esta vez un pantalón en el segundo piso de la tienda. De repente, ve a Astrid vistiendo el uniforme de la tienda, además que está atendiendo a otro cliente. Cuando la miro, sintió una extraña sensación en el pecho, un cosquilleo en el estómago, un calor en las mejillas. Le gustaba su sonrisa, su voz, su cabello rizado. Quería hablarle, conocerla, acercarse a ella. Pero, se ponía nervioso cuando estaba con ella. No sabía qué decirle, cómo actuar, qué hacer. Temía que lo rechazara, que se burlara de él, que lo ignorara.
Mark suspiró y cerró los ojos. No sabía si valía la pena enamorarse de nuevo, si podía confiar en alguien, otra vez. Pero tampoco quería olvidar, la que le hacía sentir cosas que no había sentido en mucho tiempo, la que le despertaba la curiosidad, la ilusión, el deseo. Abrió los ojos y vio que la chica, apenas termino de atender al cliente, Le sonríe y comenzó a caminar hacia él, con una sonrisa en los labios, una mirada en los ojos. El chico sintió que el corazón le latía más rápido, que el sudor le empapaba las manos, que el miedo le invadía el alma. Pero también sintió que la esperanza le llenaba el pecho, que el valor le fortalecía la voz.
— Hola, ¿qué tal? — Le saluda Astrid con simpatía.
— Hola, bien, gracias — Respondió Mark, casi tartamudeando.
— ¿Buscas algo en especial? — Le pregunto Astrid, notando su nerviosismo.
— No, solo... estoy mirando — Dice Mark, evitando su mirada.
— Bueno, si necesitas ayuda, estoy aquí — Le dice ella, tocándole el brazo.
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SECTOR 13 Los Spaceforce
Science FictionLos Spaceforce son una nueva raza de prodigios, humanos con habilidades increíbles, quienes aparecieron después de uno de los eventos mas alarmantes para la raza humana. La mayoría de ellos se convirtieron en criminales que abusaron de sus poderes...