Capitulo 20: Búsqueda

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Heydi avanzaba con paso firme por el laberinto de pasillos blancos del hospital, cada eco de sus pasos resonaba con urgencia. Su mente estaba inundada por imágenes de su padre, imágenes que miraba en cada pantalla debido a las noticias repetitivas. La noticia del ataque había sido un golpe devastador, y ahora, nada más importaba que estar a su lado.

Al llegar a la puerta de la unidad de cuidados intensivos, se encontró con la imponente figura del General Martínez, acompañado de dos oficiales. Sus rostros eran severos, sus posturas, inflexibles.

—Heydi, debes entender la gravedad de la situación. —Comenzó el General, su voz era tan fría como el acero. —Creemos que el ataque a tu padre no fue un incidente aislado. Es imperativo que colabores con nosotros para encontrar al responsable.

Heydi levantó la mirada, sus ojos destellaban con una mezcla de dolor y desafío.

—Mi padre está ahí adentro, luchando por su vida. ¿Y ustedes quieren que salga a cazar al culpable? —Dice con seriedad Heydi.

—Eres más que eso, Heydi. —Interrumpió el Coronel Ramírez, dando un paso adelante. —Tu padre esta fuera de combate. Eres un símbolo para la gente al igual que él, una inspiración para la nación. Tu cooperación podría...

—¡No! —Cortó Heydi, su voz se elevó por encima de los murmullos del hospital. —No me importa ser un símbolo ni nada de eso. Solo quiero ver a mi padre. ¿Es que acaso no lo entienden?

Hubo un momento de silencio antes de que el General asintiera con resignación.

—Está bien, Heydi. Te daremos unos momentos con él. —Dice el Coronel. —Pero después, esperamos tu ayuda.

Con un gesto de su mano, los oficiales se apartaron, y Heidi corrió hacia la habitación de su padre. Al entrar, el mundo exterior se desvaneció.

La puerta de la habitación se abrió con un suave clic, y Heydi entró con cautela

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La puerta de la habitación se abrió con un suave clic, y Heydi entró con cautela. La luz tenue apenas iluminaba la figura acostada en la cama del hospital, conectada a un laberinto de cables. A su lado, la doctora Alicia, con su bata blanca inmaculada, ajustaba los parámetros en un monitor que emitía pitidos constantes.

Alicia levantó la vista, sorprendida al ver a Heydi.

—¿Heydi? No esperaba verte aquí tan pronto. —Dijo Alicia con una mezcla de preocupación, pero también de alivio.

—¿Cómo está mi padre, Alicia? —Preguntó Heydi, su voz apenas un susurro.

Alicia le ofreció una sonrisa tranquilizadora.

—Está inconsciente, pero estable. —Explicó Alicia. —Tu padre es fuerte, siempre lo ha sido. Ahora necesita descansar y recuperarse.

Heydi asintió, sintiendo un peso levantarse de sus hombros. Se acercó a la cama y observó a su padre. Su rostro, normalmente lleno de vida y autoridad, ahora estaba pálido y sereno en el sueño forzado. Las marcas de la batalla que había enfrentado eran evidentes: moretones, cortes y una venda que cubría su frente.

SECTOR 13 Los SpaceforceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora