Los Spaceforce son una nueva raza de prodigios, humanos con habilidades increíbles, quienes aparecieron después de uno de los eventos mas alarmantes para la raza humana. La mayoría de ellos se convirtieron en criminales que abusaron de sus poderes...
Ha pasado una semana desde el ingreso de Mark a la Academia, tenía mucho cuidado de no usar sus demás habilidades, aunque las necesitará. Su madre le contó que trabajaría, pero no de abogada, se preocupó por ella, pero tenía que prestar atención al entrenamiento, mientras más pase las pruebas más rápido le darán su Carnet para irse de ese lugar. Además, le molesta tener a la hija prodiga del capitán delante de él, siempre creyéndose mejor, si supiera lo que puede llegar a hacer. Pero en este momento no hay que pensar en eso.
Hoy era el festival anual de la ciudad, dónde se veneran a los héroes que salvaron la ciudad y la reconstrucción de la misma.
Mark y Jessica llegan al festival de la ciudad, lleno de color, música y alegría. Mark está emocionado por pasar un buen rato en el festival con su amiga. Era fanático de este festival ya que solía vestirse de un cada año, muchos eran super héroes que el creaba, incluso entro a cursos de costura para mejorar sus diseños, claro que para su edad ya le es más complicado y hasta costoso disfrazarse, sin decir que también es vergonzoso.
Se pusieron de acuerdo para ir cuando Mark terminara su jornada en la academia. Solían venir todos los años, y este no sería la excepción, desde pequeños, con su familia, incluso la vez que se escaparon del colegio para venir, hasta que los atraparon. Jessica está feliz de estar con Mark, pero también de disfrutar de las atracciones y las compras.
Las calles de la ciudad Zayong, desbordaba de alegría y festejo. Los chicos corrían por todos lados, vestidos de falsos héroes.
— ¿Qué quieres hacer primero? — Le pregunta Mark a Jessica, mirando el mapa del festival.
— No sé, todo se ve divertido. — Le responde Jessica, mirando a su alrededor. — ¿Qué tal si vamos a la montaña rusa?
— Bien, vamos. — Dice Mark, asintiendo.
Mark y Jessica se dirigen a la montaña rusa, donde hay una larga fila de espera. Mientras esperan, Jessica ve un puesto de dulces.
— Mark, ¿me compras unas gomitas? — Le pide Jessica, con una voz dulce.
— ¿Más? — Dice Mark, sorprendido. — Pero si ya te comiste muchos dulces.
— Por favor, Mark, solo uno más. — Insiste Jessica, haciendo pucheros.
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— Está bien, está bien. — Dice Mark, cediendo a su mirada. — Pero no te comas más, que te vas a enfermar.
— Gracias, Mark, eres un cielo. — Dice Jessica, abrazándolo por un largo rato.
Mark al conseguir liberarse le compra una bolsa de gomitas de pingüino a Jessica y se lo da. Jessica los prueba con gusto y le ofrece unos a Mark.
— ¿Quieres? — Le dice Jessica, acercándole la gomita a la boca.
— No, gracias. — Dice Mark, rechazándolo. — Yo estoy bien.
