—No estoy bromeando Abbie, mi sexto sentido me dice que te estaba coqueteando —exclama Aysha.
Vino desde temprano, a ayudarme a limpiar el sótano para poder dar mis clases, aun que la mayoría lo he hecho yo. Desde hace tres días no para de hablar del chico de la cafetería, ella piensa que estaba coqueteando conmigo.
—Pues yo creo que se estaba burlando de mi y no coqueteando.
—Por que dices eso.
—Ya puedes quitar esa cara de espanto —lo imitó.
—Tal vez es su forma de ligar —lo excusa.
—Conmigo no le funcionó —Digo mientras muevo una de mis esculturas.
—Pero no me vas a negar que es una persona muy atractiva.
Claro que lo pienso, pero no voy a decírselo.
—Pues si, algo —me encojo de hombros.
—Como que algo —dice casi ofendida—No me digas que sus ojos verdes no te hechizaron, o sus brazos musculosos y su aspecto varonil, no te causaron pensamientos impur...
—Exageras —la interrumpo—Por suerte yo no sufrí ningún hechizo.
—No exagero, aburrida —me golpea el hombro—Se que en el fondo si te gustó.
—Aun que me hubiera gustado, no creo volver a verlo.
—Si el destino los junto dos veces, puede pasar una tercera vez.
—Tienes una imaginación muy grande Aysha —niego con una sonrisa.
—Como digas —suelta un bufido—A mi el destino me grita algo.
—Que quieres ir de compras de nuevo —inquiero.
—Exacto —dice emocionada—Me encanta que me conozcas tan bien.
—Aysha debés controlar tu adicción por las compras —la molestó.
—Que no tengo ninguna adicción por las compras —hace un puchero—Si quieres jugar así yo también puedo molestarte.
—Aaa si y como lo harás —la reto.
—Tiene que ver con dos chicos, una cafetería, miradas....
—Ya, no te molestaré más —sonríe victoriosa .
—Me gusta cuando tomas buenas decisiones —asiente con la cabeza —Oye por qué no nos damos un descanso, estoy muy cansada.
—Tu estás cansada, llevas dos horas limpiando esa parte de la mesa —pongo las manos en la cintura.
—Y crees que eso no es agotador —se abanica la cara dramáticamente.
—Esta bien descansemos.
Me acerco a ella, ya se encuentra mirando el móvil muy concentrada. Cuando quiero ver qué es lo que la tiene así, cubre el móvil con la mano.
—¿Que escondes? —me cruzo de brazos.
—Por que habría algo que esconder —se aclara la garganta, incómoda.
—Entonces muéstrame lo que estás mirando.
—No... bueno no puedo —aleja el celular de mi.
—Aysha dame ese celular.
Trato de tomarlo, pero ella lo aleja rápido de mi, eso hace que mi curiosidad aumenté. Empezamos a perseguirnos por obtener el celular, ella levanta los brazos para que no lo alcance, pero comienzo hacerle cosquillas en las costillas y aprovecho para quitárselo.
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En Cada Atardecer
RomanceLa felicidad no llega cuando conseguimos lo que queremos, si no cuando disfrutamos lo que tenemos. Pero serias capaz de dejar ir tu felicidad solo para que la persona que amas consiga la suya. Abbie Evans ha tenido que lidiar toda su vida, con lo...