Caminaba por la calle, sintiendo el peso de la discusión con Aysha aplastándome los hombros. Las palabras duras y los reproches todavía resonaban en mi cabeza, como si estuvieran tallados en mi memoria. Mientras me acercaba a casa, cada paso parecía más pesado que el anterior, y una tristeza profunda se instalaba en mi pecho.
Finalmente, llegué a la acera de mi casa, pero me detuve cuando ví que en las escaleras de la entrada, estaba Eros sentado, por un momento todo el caos en mi cabeza desapareció. ¿Que hacía ahí, justo en mi puerta?.
—Abbie por fin llegas —se acercó a mi— Coody y yo vinimos para su clase pero no estabas, voy a admitir que me preocupe y quise asegurarme de que estabas bien.
—Lo lamento Eros —murmure con tristeza, evitando su mirada—No me fije en la hora.
Eros se agacho ligeramente para intentar captar mi mirada. Su voz era suave y comprensiva.
—Esta bien Abbie, no te preocupes —hizo una pausa, y note una genuina preocupación en sus ojos —¿Que pasa Abbie? Te noto triste, ,¿estas bien?.
Sin pensarlo, me lance a sus brazos, envolviendolo en un abrazo repentino. Sentí como su cuerpo se tensaba un instante antes de relajarse, aceptando mi abrazo con ternura.
—Soy una mala amiga —dije llorando, mientras escondía mi rostro en su pecho.
Eros me rodeo con sus brazos y comenzó a acariciar suavemente mi espalda. Su voz era un susurro reconfortante en mi oído.
—Abbie eso no es cierto, no eres mala amiga.
—Si claro que lo soy, soy egoísta, mala persona...lo lamento Eros no tienes por qué escucharme.
Intente separarme de el, pero me abrazo más fuerte, su mano seguía acariciando mi espalda a un ritmo tranquilizador.
—Cuéntame que pasa Abbie, ¿Por qué dices esas cosas?.
—He tenido una discusión horrible con Aysha —mis ojos estaban nublados por las lágrimas.
—¿Qué paso Abbie? —pregunto suavemente.
—Me enteré que esta saliendo con Cédric el novio de Leonore, así que fui a su casa a hablar con ella pero...
No pude contener más el llanto, las lágrimas comenzaron a caer libremente y traté de hablar a través de sollozos.
—Fue mi culpa...—dije entre sollozos—Nos dijimos cosas que no debíamos, yo...yo fui tan dura con ella, no puedo creer lo mal que me porte.
—No es tu culpa, Abbie —dijo con calma, su voz llena de comprensión—. Todos cometemos errores. A veces, en medio de una discusión, decimos cosas que no queremos realmente decir. Eso no define quiénes somos ni nos convierte en malas personas.
—Si pero...—mi voz se quebró nuevamente—No se si ella pueda perdonarme, la lastime profundamente, me siento tan culpable, no puedo dejar de pensar en como arruine nuestra amistad.
—Lo importante es que te sientes mal por lo que paso, eso demuestra cuanto te importa.
Me separe ligeramente para mirarlo a los ojos, sintiendo una mezcla de vergüenza y decepción.
—Claro que mi importa...si la hubiera escuchado, tal vez esto no habría pasado, debí haberla apoyado con su relación con Cédric y no me hubiera comportado como una idiota.
Con una expresión de determinación Eros se inclino hacia mi, con suavidad coloco sus manos en mis mejillas y me obligó a mirarlo a los ojos, su toque era firme pero lleno de ternura.
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En Cada Atardecer
RomanceLa felicidad no llega cuando conseguimos lo que queremos, si no cuando disfrutamos lo que tenemos. Pero serias capaz de dejar ir tu felicidad solo para que la persona que amas consiga la suya. Abbie Evans ha tenido que lidiar toda su vida, con lo...