Jimin y yoongi han sido mejores amigos desde muy pequeños, tal y como lo son sus madres. Con el pasar del tiempo su amistad había seguido intacta, haciéndolos muy unidos el uno al otro. Pero esto cambia un poco cuando al llegar a la adolescencia, un...
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Dos jovenes con recién cumplidos sus quince años se encontraban sentados en una de las mesas que habían sido destinadas para los invitados en el patio de la casa de el más joven por sólo días.
—Entonces me dijo: "¿Te gustaría tener una cita conmigo?" Yo me hice el que lo pensaba un poco, pero estaba bailando de felicidad por dentro. Entonces finalmente le dije que sí.
Jimin le había narrado toda su conversación con Jackson a Yoongi, quien escuchaba atento, aunque no compartía su misma emoción.
El rubio tenía sus mejillas adornadas con un precioso carmesí, mientras su hermosa sonrisa no salía de su rostro al contarle a su mejor amigo la invitación que había recibido.
—¿Entonces vas a ir?—Pregunto el pelinegro, como si quisiera confirmar la respuesta de Jimin.
—Claro, Gigi.—Respondió sonriente Jimin—Aunque aún se me hace raro que me haya hablado de la nada ¿No tendrás tú que ver en esto?—Pregunto el rubio cruzándose de brazos y entre cerrando sus ojos con sospecha mientras observaba a Yoongi.
El pelinegro rápidamente se puso nervioso, pero por ningún motivo le haría saber a Jimin que el tuvo que ver en eso. Tenía muy claro que su mejor amigo se enojaría muchísimo si lo llegaba a saber.
—Claro que no, Mimi.—Respondió desviando la mirada a su regalo en manos.
—¿Seguro? Es que se me hace muy raro que después de nunca verme, se me haya acercado de la nada para ser amigos.— Respondió Jimin pensativo.
—Tal vez siempre te vio y solo se atrevió a hablarte hasta ahora.
—¿Tú crees?— Pregunto Jimin volviendo a emocionarse.
Aunque la pregunta se había quedado en el aire al ser interrumpidos por la madre del pelinegro.
—Yoongi, ya ven que nos vamos.—Interrumpió Hae desde la puerta de entrada a la casa observando con ternura a los jóvenes sentados en el patio.
—Si mamá, ya voy.—Respondió Yoongi a su madre.
—Te espero en el auto.—Respondió la mujer—Bye, Jimin.—Se despidió la misma del rubio con una sonrisa.
—¿No quieres quedarte a dormir conmigo?—Pregunto Jimin con una pequeña sonrisa.
A Yoongi le hubiese encantado quedarse a dormir con su mejor amigo. Amaba demasiado las noches en las que dormían juntos, pero justo hoy, Yoongi quería tiempo a solas.
—No puedo, tengo que terminar algunas tareas.—Rechazo Yoongi con desánimo.
—Entiendo.—Respondió Jimin y asintió a modo de compresión.
Yoongi se levanto de su asiento a lo que Jimin imito su acción.
—¿Nos vemos el lunes en clases?—Pregunto Jimin en tono animado.
—Ahí estaré.—Respondió Yoongi regalando una minúscula sonrisa.
Ambos jóvenes se despidieron agitando sus manos en dirección al contrario. Cuando Yoongi salió de casa de Jimin, cómo le había dicho su madre. Encontró a sus padres en el auto esperándolo.
El trayecto a casa se sintió pesado, tal y como se sitio cuando jimin le había contado lo halagador que había sido Jackson con él en toda la tarde.
Yoongi bajo de su asiento, con sus padres detrás de él. Ambos preocupados preguntándose que había sucedido, al ver cómo su hijo se había bajado tan rápido del auto en cuanto aparcaron.
Al entrar a la casa, Yoongi iba a tomar las escaleras cuando la voz de su padre lo frenó a inicios de estas.
—Mi niño ¿Te pasa algo?—Pregunto el padre de el menor con preocupación mientras su esposa lo abrazaba y ambos observaban la espalda de su hijo.
Los padres de Yoongi vieron con preocupación los hombros de su hijo temblar y luego este darse la vuelta con su rostro empapado en lágrimas.
—A Jimin le gusta mucho Jackson e incluso van a tener una cita.—Expreso entre el llanto el menor
Ambos padres con pesar se acercaron a su hijo y lo abrazaron. Así fue como el menor en su cuarto lloro hasta quedar dormido entre los brazos de sus padres quienes lo consolaban.
