Jimin y yoongi han sido mejores amigos desde muy pequeños, tal y como lo son sus madres. Con el pasar del tiempo su amistad había seguido intacta, haciéndolos muy unidos el uno al otro. Pero esto cambia un poco cuando al llegar a la adolescencia, un...
Había llegado el almuerzo, contrario a cómo era todo los días en el colegio a la hora del almuerzo.
Yoongi no estaba junto a Jimin, y aunque está situación con Jimin no le gustaba, como tampoco estar lejos de él. No haberse sentado junto a él, le hacía pensar que le estaba dando su espacio y tiempo suficiente para acercarse.
Al terminar con su plato, el pelinegro con desánimo dejó la bandeja en su lugar y salió del comedor rápidamente con destino a la cancha de baloncesto.
Quería jugar un rato para distraerse.
Jimin que había estado observando a Yoongi disimuladamente en el comedor, salió detrás de él, tan pronto como este lo hizo, dejando un poco desconectada a Nayeon, quien había almorzado con él.
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Cómo si estuviese en una misión secreta, Jimin se dirigió hasta la cancha de baloncesto de la forma más silenciosa posible.
Al llegar, el rubio se escondió rápidamente entre la parte trasera de las gradas y observó atento como Yoongi tomo la pelota de basket y la lanzó al aro, encestado. Jimin lo vio repetir la acción varías veces, hasta que pensó que era suficiente y que tenía que hablar con Yoongi.
Pero el rubio no tuvo el tiempo suficiente para salir de debajo de las gradas, cuando escucho unos aplausos y una risa femenina cada vez más cerca.
—Wao, eso estuvo bien.—Se escucho y de inmediato Jimin se acercó nuevamente a las brechas que dejaban los asientos de las gradas para ver quién había llegado.
—¿Hola?—Saludo Yoongi, aunque había sonado más como una pregunta.
—Hola.—Saludo con una sonrisa en su rostro la chica que Jimin reconoció como Momo a Yoongi.
Sin tener mucho interés por socializar, Yoongi asintió y volvió a lo suyo.
—¿Puedo jugar contigo?—Pregunto Momo, intentando tener atención de parte del pelinegro.
Yoongi la observó varios segundo, como si lo estuviera pensando, para después solo asentir. No es que sea un grosero, pero la situación con Jimin le tenia la mente ocupada y no quería tener compañía por el momento.
La chica con entusiasmo tomó una de las pelotas que se encontraban a un lado de la cancha y, de espacio se colocó al lado de Yoongi, picando la pelota varias veces en el suelo para después lanzarlas al aire, encestando perfectamente.
—Nada mal.—Le elogió Yoongi, repitiendo la misma acción que su compañera de clase.
—Gracias. Me gusta mucho el basketball.—Respondió Momo sonrojada.
—¿Desde cuando?—Pregunto Yoongi, encestando de nuevo.
—Desde los ocho.—Respondió Momo encestando de igual forma-Mi papá es un aficionado y pues, soy su única hija.—Finalizó soltando una risita.
—Ya veo.—Dijo Yoongi.
Mientras que arriba en la cancha se encontraba el par de jóvenes conversando y jugando, en la parte de abajo de las gradas, por otro lado, se encontraba un molesto Jimin, quien con una mueca de enfado imitaba la risa de la chica.
—"Ay si, mi papá es un aficionado"—Susurro Jimin con voz chillona—Yo que venia a resolver las cosas. Pero él está muy a gusto con esa chica. Si tanto le gusta jugar con ella, que la haga su mejor amiga. Yo me voy.
Con sus labios fruncidos por el enfado, el rubio se dispuso a salir de su escondite, aunque está acción se vio impedida cuando uno de sus pies sufrió un fuerte calambre, haciéndolo caer al piso antes la falta de equilibrio.
Cosa que hizo que aparte de hacer ruido, soltara quejidos de dolor.
Yoongi quien para este punto se encontraba a gusto conversando con Momo, escucho los quejidos, a lo que curioso observó a Momo quien lo observó de la misms forma.
Ambos jóvenes se dirigió hasta donde provenía el sonido, topándose así con la imagen de Jimin en el piso quejándose mientras tocaba con sus manos su tobillo izquierdo.
