Yoongi y yo. Muy pronto.

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Al momento en que Yoongi salió del salón de química, fue directamente al comedor en busca de Jimin. Pero al llegar, no había rastro del rubio allí.

Por lo que supuso que este se había ido a su clase, ya que la hora de almuerzo había terminado.

Al llegar a su salón de clases, en el momento en que tomo asiento en su lugar, fue abordado por Hoseok.

—¿Que es eso?—Pregunto curioso el castaño, señalando la caja en manos de Yoongi.

—No es asunto tuyo.—Respondió Yoongi en un tono neutral.

Pero al castaño pareció no importarle las palabras del pálido adolescente junto a él.

—¿Te lo ha dado Jimin, verdad?—Pregunto Hoseok con picardía, subieron y bajando sus cejas al mismo tiempo mientras sonreía ampliamente.

Yoongi rodó los ojos y le agradeció al cielo que en ese momento su maestro llegara a la clase. No se sentía con nada de ánimos para hablar.

Al terminar las clases, Jimin había sido recogido por su padre

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Al terminar las clases, Jimin había sido recogido por su padre. Siendo así como sin poder ver personalmente a Yoongi, se despidió de él mediante un mensaje de texto.

El camino a casa había sido muy largo para el rubio. Ni siquiera las preguntas o temas de conversación que intentaba establecer su padre, lo hacían pensar en otra cosa que no sea Yoongi.

Cuando por fin llegaron a su destino, el rubio saludo rápidamente a su madre y salió disparado a su habitación.

—¿Que le pasa?—Pregunto el padre del menor, cuando estuvo al lado de su esposa.

Ambos padres vieron la extraña actitud de su hijo, pero Lee conocía a su pequeño. Por lo que estaba segura que este la llamaría para hablar.

—¿Puedo pasar?—Pregunto Lee al momento en que tocaba la puerta de la habitación de su hijo

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—¿Puedo pasar?—Pregunto Lee al momento en que tocaba la puerta de la habitación de su hijo.

Jimin quien para este momento se encontraba sobre su cama, dándole vueltas a sus pensamientos, al momento en que escuchó la voz de su madre fuera de su cuarto, se sentó en su cama y rápidamente le dio permiso a pasar.

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