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Especial

El trece de febrero, la familia Min junto a la familia Park y Hoseok y su novio Taehyung se encontraban en Estados Unidos, específicamente en Miami para celebrar la boda que se había planeado por cinco meses.

Jimin se había hecho cargo en gran parte de planearla, puesto que, aunque su prometido tuvo intervenciones importantes, este estaba muy ocupado con el proyecto en el cual estaba trabajando.

Jimin lo entendía, por lo que no tuvo problemas. El rubio había planeado algo sencillo y familiar. Entendía que a Yoongi le gustaría más así y él tampoco deseaba muchas personas, más que a sus familiares, Hoseok quien consideraba su amigo y su novio Taehyung con quien había descubierto tenía muchas cosas en común y quien le agradaba un montón.

Mientras Jimin se estresaba y organizaba todo para la pequeña ceremonia. Yoongi cerraba contratos y se esforzaba por dar a conocer su proyecto empresarial. Desde pequeño siempre soñó con trabajar lo que más le gustaba, que era la música. Por lo que al terminar su carrera, había decidió montar su propio sello discográfico.

El lugar era pequeño, pero el joven empresario tenía grandes planes. Por lo que se mantenía la mayor parte del tiempo allí, siendo así, como Jimin siempre que se sentía necesitado de la compañía de su prometido, se trasladaba hasta su estudio, en donde a causa de lo encantado que Yoongi siempre se había sentido con la voz de Jimin, terminaban componiendo, platicando de la boda o teniendo charlas triviales, para terminar siempre en los labios del otro.

Jimin no podía creer que el día que tanto había planeado, por fin había llegado.

La boda sería realizada en la playa, por ello ambos novios iban vestido con camisas y pantalones de seda. El rubio y brillante cabello de Jimin lucia unas hermosas ondas y su rostro sonriente resaltaba con algo de maquillaje.

Desde el momento en que Yoongi había visto salir del hotel a Jimin no había podido quitarle la mirada de encima, siendo como varias veces Jimin lo encontró observándolo en silencio, acción que él también ejercía camino a la playa. No podía dejar de sonrojarse cada que su pronto esposo lo encontraba con la mirada y sonreía.

Jimin estaba enamorado de cada detalle de su prometido. Su cabello bien peinado, dejando al descubierto su rostro, sus ojos gatunos, como a veces parecía tan maduro y en otras tan pequeño.

El hotel en donde se estaban quedando se encontraba frente a la playa, por lo que llegar hasta esta, en donde estaba el pequeño arco decorado con margaritas y estrellas de mar y junto al juez civil, no les tomo mucho tiempo.

La ceremonia había iniciado. Los testigos no dejaban de sonreír al igual que los padres de los novios. Las madres por otro lado, lloraban de emoción y nostalgia de ver a sus pequeños casándose.

El juez había dado sus palabras de inicio y les pidió a los novios sus firmas en el acta, para después estos colocar los anillos que sostenían los testigos a su pareja al mismo tiempo que recitaban sus votos.

—Yo Park Jimin te acepto a ti, Min Yoongi como mi esposo. Para compartir nuestras vidas, en la salud, en la enfermadad, en las buenas y en las malas. Hasta que la muerte nos separes.

—Yo Min Yoongi te acepto a ti Park Jimin, como mi esposo y prometo hacerte feliz el resto de mi vida y permanecer a tu lado, hasta que la muerte nos separe.

—Por el poder que me concede el estado. Los declaró esposo y esposo.—Había declarado el juez.

Los ahora esposos, se habían acercado y cerrado el pacto con un beso lleno de amor. Para luego observar y reír a sus familiares y amigos, quienes compartían la emoción.

La pareja de esposo al junto de sus padres y amigos se habían dirigido al hotel, en donde los invitados habían compartido unos tragos junto a los novios antes de regresar a Corea.