Un Amor Inmortal (Ban X jericho) [NNT]

Viajes peregrinos

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Los árboles se movían al son del viento del norte, los pétalos sacros danzaban por todo el aire felices por la nueva mañana que había llegado y por ende trajo nuevamente diversión al día, el grupo foráneo se encontraba desayunando, Diane y King se alegraban y canturriaban contándoles historias a los niños de sus épicas batallas de antaño, de cómo habían dado sus vidas para salvar a Britannia de las garras de los despiadados demonios y caballeros, pero en eso unas hadas llegaron volando a toda velocidad con sus reyes, dándoles unas noticias.

- El príncipe está aquí! - comentaron Cisca y Ende al unísono.

- Ya llegó! - grito Diane feliz - levantándose de la mesa - King ve a recibirlo!

- Ya voy, ya voy - expreso contento el rey hada alejándose de la mesa olvidándose de sus invitados.

Gowther miró a todos los presentes en la mesa, sin entender nada lo que sucedía, ¿príncipe? ¿Acaso había algún príncipe en el bosque del rey hada?
Diane tan solo rio, sabía que todos estaban confundidos, se había mantenido en silencio durante unos años, de cierta manera se le había olvidado avisar.

- Pienso que se llevará muy bien con Badir, ambos tienen la misma edad! - exclamó la castaña sin dejar de reír levemente.

En eso un hada con vestido amarillo adornado con pétalos rosas y un gorro que cubre parte de la derecha de su cabeza llegó flotando con una varita de frutos rojos y una capa que llegaba hasta el suelo, ella mostraba una sonrisa a todos los presentes, detrás de ella flotaba un niño de cabellos azulados caramelo que de igual manera llevaba arrastrando una capa color amarillo.

- Preséntate, no seas tímido - dijo Gerheade dándole un empujoncito al niño, quien rápidamente se armó de valor y orgullo.

- Ejem, mi nombre es - -

- Se llama Bors Gaunes, tiene dos nombres! - respondió Diane en lugar del niño - Yo y King no nos decidíamos qué nombre ponerle así que decidimos colocarle los dos.

El rostro del infante se volvió rojo por la vergüenza, odiaba su primer nombre, él pensaba que Gaunes sonaba aún más noble, Bors sonaba como campesino andrajoso.