Un Amor Inmortal (Ban X jericho) [NNT]

Fin de la penumbra 1/2

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El estruendo ensordecedor llenaba el salón, mientras los invitados se aferraban a sus asientos, presas del pánico que se extendía como una sombra sobre el festín. Los caballeros sacros, con la espada en mano y la determinación en sus rostros, se preparaban para el enfrentamiento inminente, dispuestos a proteger al reino con su vida si fuera necesario.

Entonces, en un instante de tensa expectación, las pesadas puertas de madera se abrieron de par en par, revelando la figura desalineada de un guardia real. Su rostro serio y su mirada grave denotaban la gravedad del mensaje que traía consigo. Sin titubear, se acercó al rey, informándole en voz baja sobre el desastre que se avecinaba en las profundidades del reino.
El río interno de las cuevas debajo el reino, amenazaba con desbordarse, desatando la furia de sus aguas sobre el olvidado reino de las hadas de Stigma de hace tres mil años.

- Todo se encuentra bien! No es algo de lo que debamos de alarmarnos! - notifico Gilthunder hacia su gente en busca de calmar el alboroto ocasionado.

Jericho no parecía del todo convencida por aquella respuesta, ni mucho menos Ban que leía las caras de todos los presentes con tan solo mirarlos a los ojos.

- Será mejor que busques a Badir y verifiques si todo está bien... me quedaré con Guila a asegurarme de lo ocurrido... - dijo la peli-malva tratando de ocultar su preocupación que no pasaba desapercibida para su esposo.

Ban sin rechistar salió del recinto donde se llevaba acabo la fiesta, vagando por los oscuros y polvorientos pasillos de piedra del noble recinto, recordando sus épocas de pecado capital al mando del rey Bartra; pasó por un pasillo recordando el cadaver empalado de Zaratras y de cómo los habían acusado de traición, haciéndolo reír levemente, hasta vislumbrar a su retoño escondido en el jardín. Él caminó con mucho cuidado pero sin detener su paso habitual, asustando a Badir quien dio un brinquito del susto.

- Papá! - chilló la pequeña sintiendo un escalofrío recorrer todo su cuerpo y alma.

- Tu mamá me dijo que fuera a ver cómo estas y te llevará de vuelta dentro del castillo 🎶 -

La pequeña envolvió la gran mano de su padre con la suya, encontrando en su firmeza un refugio de calidez y seguridad. Mientras caminaban juntos, su pequeña mano danzaba en la suya, emitiendo silbidos de alegría que resonaban en el aire como notas de felicidad, eran como dos gotas de agua padre e hija.

- Oye papá! Cómo fue que te enamoraste de mamá? Gaw me contó que él tenía una tia la cual había estado enamorada de ti hace muuuucho tiempo - Ban quedó estoico ante la pregunta, jamás había imaginado que Badir se hubiese enterado de aquello algún día, hubiese querido mantenerlo en secreto de ella.

- Bueno... - El pecado miró detenidamente la luna, tratando de buscar una respuesta capaz de que la mente infantil de su hija lo entendiera - Yo... yo nunca supe la importancia de tu madre en mi vida hasta que luego de un tiempo la volví a ver... ella había madurado tanto... ya no era la misma mujer que conocí por primera vez, era fuerte, independiente... tu papá era un tonto, aferrándose a cosas del pasado que siempre lo terminaban lastimando, no seas como tu viejo tonto en un futuro... - Ban hubiese querido explicarle todo, pero ella aún era una niña, no quería confundirla o lastimarla de una manera u otra, Zhivago había sido su única figura paterna después de todo.

- Papá no es un tonto! Papá tan solo es tonto cuando bebe cerveza! - rió - papá tan solo es una buena persona, más no tonta! Todos cometemos errores, eso es lo que nos hace humanos, eso es lo que dice el señor Gowther! Papá me ah ayudado y mimado mucho! No debo dejarlo que se diga tonto!

- Badir... - los ojos rubí de aquel hombre no asimilaban lo que acababa de escuchar, se sentía el padre más afortunado del mundo teniendo a esa pequeña como su hija, la quería tanto, quería protegerla de todo lo malo que yacía en Britannia.