Capítulo 5

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Jucio

- Hay algo que no me cuadra aquí... - entorna los ojos viendo la carpeta, seguía estudiando el caso.

- Altagracia, no jodas – murmura acostada en el sofá – son las tres de la mañana, ya vámonos a dormir.

- En la primera declaración, León dice que se enamoró de Emma... - hojea – en la segunda declaración, sigue diciendo que, si se enamoró, pero que fue del momento, después dice que no...

- ¿Crees que miente? – voltea a verlo.

- No lo sé, que cambiara de versión respecto a sus sentimientos, me parece extraño.

- Oye ¿y ya revisaste las cámaras de seguridad?

- Las cámaras... – se levanta.

- ¿A dónde vas? – la observa llamar - ¿A quién llamas a esta hora?

- ¡Jazmín! ¿te levanté?

- Obvio que la levantaste, son las 3 de la mañana – dice incrédula.

- Por eso te amo – sonríe – necesito que a primera hora llames al despacho de la gubernatura y solicites las grabaciones de las cámaras de seguridad del diez de noviembre – pide – ajá, ¿en serio? – sonríe – pues pásamelo... mucho mejor – abre su computador – Mil, mil gracias Jazmín. Te aseguro que tu bono será sumamente jugoso. Hasta luego, descansa. – cuelga.

- ¿Qué pasó?

- Pasó que no me equivoqué al escoger asistente – regresa a la sala con el computador en mano – Jazmín ya tiene las grabaciones.

- No mames, quiero una Jazmín.


Continúo revisando detalladamente los videos que su asistente le envió por correo y comenzó a armar su defensa. Esa noche no durmió ni dejó dormir a Regina que le ayudó a revisar las declaraciones por si a ella se le pasaba algún dato.

El día del segundo juicio llegó. Esta ocasión sería Altagracia quien enfrentaría a León. Una amalgama de ansiedad donde la sala del tribunal se convertía en un escenario donde las sombras del pasado y las realidades presentes se entrelazaban, formando un telar de emociones difíciles de descifrar.

Cada paso a la confrontación era como avanzar hacia un abismo emocional, donde la verdad y la decepción se alzaban como espectros invisibles. En su corazón resonaba la mezcla agridulce de la justicia buscada y la vulnerabilidad expuesta, mientras se preparaba para desentrañar los secretos que había tejido su vida matrimonial.

Segundo Juicio
20 de febrero

El primer interrogatorio lo realizó José Luis, dando contexto de la declaración que su cliente había realizado. Después pasó Altagracia; armada con la fuerza de sus convicciones legales, se enfrentaba a León con la mirada fija en la verdad, aunque sus ojos reflejaran la tormenta interna que la envolvía. Este encuentro no era solo una batalla legal, sino un choque de mundos personales donde la dignidad y el amor perdido se entrelazaban en un duelo silencioso, pero visceral. Cada palabra pronunciada resonaría en el eco de su pasado, marcando un capítulo crucial en su vida. Antes de pasar al interrogatorio de los hechos, comenzó a cuestionarlo sobre la relación que mantuvo antes del ataque; no sabía de donde había sacado tanta fuerza pues cada respuesta que recibía podía sentir como dagas se clavaban en su alma.

- Señor León, usted... ¿puede jurar bajo juramento que sus acciones no han sido guiadas por el deseo de protegerse a sí mismo a expensas de la verdad?

- Por supuesto que sí. No tengo motivos para ocultar la verdad.

- Curioso, porque revisando sus declaraciones, noto inconsistencias. ¿Podría explicar, en su primera declaración afirmó que no fue usted quien comenzó con la relación extramarital, pero en su segunda declaración sostiene que si fue usted que le propuso a Emma tener relaciones consensuadas?

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