La vida privilegiada de Altagracia, abogada penalista y funcionaria del poder judicial, se disuelve cuando un escándalo sale a la luz... y acusan a su marido de un crimen atroz.
"Mi forma de amarte es inefable, pero jamás dudes que te amo, mi amor p...
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- ¿Te gusta esta? – le muestra la imagen - ¿Qué tienes?
- Me maree – cierra los ojos.
- ¿Te sientes mal? – se preocupa.
- No, no – sonríe aun con los ojos cerrados – fue un mareo nada más, me estoy muriendo de hambre.
- Iré a ver si Magda ya terminó el almuerzo – se pone de pie – no tardo, igual si necesitas algo grita – se va.
Otra semana más había pasado desde el día en que visitaron a la ginecóloga, desde entonces, había estado tomando el ácido fólico y por supuesto estuvo relajándose mucho, eso incluía el sexo desenfrenado a cualquier hora del día.
Al día siguiente de su primera cita con la ginecóloga, ambos asistieron a donde la bióloga de la reproducción para una valoración, ahí decidieron que el tratamiento más adecuado para la rubia era un tratamiento hormonal, que es el equivalente al proceso de preparación en una fertilización in vitro, solo que las hormonas que ella tomaría serían a través de pastillas.
La idea de la posibilidad de estar embarazada no tardó en instalarse en su mente, habían pasado dos semanas desde que decidió dejar de cuidarse, una semana tomando ácido fólico y hormonas, lo pensó, pero sacudió su cabeza con la intención de borrar ese pensamiento pues era muy pronto, además, en su perfil hormonal hubiera salido reflejado y ambas doctoras le advirtieron que esos eran algunos efectos secundarios de las pastillas.
Quizás era solo su inconsciente ilusionado que se estaba haciendo presente.
- Ya está el almuerzo – regresa con un vaso de agua - ¿Te sientes mejor? – se lo da.
- Si, ya paso – lo toma – gracias – bebe
- Bien, vamos a comer para que no vuelvas a sentirte mal.
Esa mañana habían ido a la corte a una audiencia para evaluar los avances del poder ejecutivo, la ley que Altagracia y Regina habían creado, terminó siendo titulada Ley Real y en esa misma audiencia valoraron los avances de esta.
Después de ahí, como no tenían trabajo pendiente, regresaron al departamento de Altagracia para comenzar a ver casas o terrenos, aún estaban algo indecisos en si comprar una casa ya hecha o un terreno y construir una desde cero. Su decisión dependía de como avanzara el proceso a embarazarse.
Fueron pasando los días y los síntomas secundarios comenzaron a ser más frecuentes, siguió pensando que se trataba de eso, hasta que las náuseas se agregaron, quizás estaba siendo muy precipitada, pero necesitaba salir de dudas, así que de forma muy discreta le pidió a Matamoros que fuera a la farmacia por una prueba de embarazo, estaba en la corte, aprovecharía que ahí José Luis se mantenía ocupado como para interrumpirla, no le quería decir nada pues prefería evitarle una desilusión, aunque mientras esperaba comenzaba a entrar en colapso de los nervios.