La vida privilegiada de Altagracia, abogada penalista y funcionaria del poder judicial, se disuelve cuando un escándalo sale a la luz... y acusan a su marido de un crimen atroz.
"Mi forma de amarte es inefable, pero jamás dudes que te amo, mi amor p...
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Y al final eso éramos tú y yo, dos cuerdos buscando enloquecer
Una semana después
- ¿Estás lista? – dice desde el marco de la puerta.
- Sí – termina de colocarse su labial – nada más tomo mi bolsa y nos vamos.
- Muy bien – sonríe – te espero abajo.
Volvió a mirarse en el espejo. Hoy era su cita con la ginecóloga, estaba nerviosa, pero dejo todo en manos de dios, el destino, los astros, el universo, sus chacras, todo en lo que creyera. Solo ella sabía lo mucho que anhelaba ser madre, cerraba sus ojos pidiendo con todas sus fuerzas que pudiera cumplirlo.
De camino al hospital, ninguno dijo nada, sin embargo, se mantuvieron tomados de las manos. No era necesario que lo hicieran, sus miradas lo decían todo y su tacto era más que confortante.
Cuando llegaron al consultorio, pasaron directo al consultorio pues la paciente que iba antes de ellos no había asistido.
- Bienvenidos – saluda cuando los ve entrar – José Luis, que gusto tenerte de regreso.
- Hola Carla, ¿cómo estás? – estrecha su mano.
- Muy bien, extrañándolos – ve a la ojiverde – Altagracia, ¿cómo estás?
- Bien – asiente – nerviosa – ríe.
- No tienes por qué estarlo, pero díganme ¿qué los tiene aquí?
- Recuerdas que me comentaste sobre un tratamiento para mi padecimiento.
- Sí – asiente - ¿ya te decidiste en intentarlo?
- Sí, por eso estamos aquí.
- Bien, pues el primer paso es relajarse, no puedes empezar ningún tratamiento estando tensa ni llena de estrés – advierte – segundo, te solicitaré un perfil hormonal, así que si vienes en ayunas puedes bajar al laboratorio para realizártelo de una vez; luego de eso, realizaré una ecografía para ver cómo está tu útero, si o si, te recetaré ácido fólico para ayudarlo a prepararse para la fecundación. Dependiendo de lo que digan los análisis ya es el tratamiento que vamos a seguir – explica – pueden ser desde duchas vaginales hasta antibióticos. Ahora, yo puedo tratar tu proceso de fecundación, pero te recomendaría que busquen a un biólogo de la reproducción, para que trabajemos en conjunto y podamos lograr resultados positivos, literalmente – ríe.
- ¿Eso quiere decir que si es posible lograr un embarazo?
- Claro que si – sonríe – muchas mujeres son diagnosticadas con útero hostil después de haber dado a luz, así que no se desanimen. Será difícil, eso si – aclara – pero no imposible.
