Capítulo 29

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Amanecer

Sentir su respiración pausada sobre su pecho, su antebrazo envuelto por el rubio cabello, su aroma dulce

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Sentir su respiración pausada sobre su pecho, su antebrazo envuelto por el rubio cabello, su aroma dulce. Amanecer jamás había sido tan placentero y sentía que podía acostumbrarse a ello; amanecer y ver que tenía junto a él lo que hace tanto soñó, era un placer.

Cerró los ojos con intensión de volver a dormir, pero sintió como ella se removió entre sus brazos. La miro fruncir el ceño intentando abrir los ojos y cuando al fin lo hizo, la vio sonreír; todo un privilegio para él, era despertar con el amor.


- Hola – susurra ronca.

- Buenos días – la besa.

- ¿Llevas mucho tiempo despierto? – acaricia su pecho.

- No – traza círculos en su hombro desnudo – Oye, anoche que Camilo mencionó lo hacerle segunda... noté que te pusiste tensa.


La sintió tensarse de nuevo para después separarse de él y la entendía. Uno de sus más grandes sueños era ser madre y el camino a conseguirlo había sido doloroso, no se trataba de cualquier cosa, a él también le dolía y quizás no estaba siendo muy empático con ella al no terminar de comprender que era lo que pasaba por su mente.


- No quiero sonar apático – se sienta en la cama recargando su espalda en la cabecera – pero quisiera saber cómo estas respecto a ese tema.

- Me da miedo – dice sincera – no sé si pueda tolerar otra perdida.

- Mi amor – toma sus manos – no tiene por qué haber otra perdida.

- Mi útero se volvió hostil – libera sus lágrimas – Carla me explicó que mi matriz quedó muy lastimada por el impacto de la bala; automáticamente mi útero creo una reacción adversa el proceso de fecundación, incapaz de generar un entorno propicio para lograr un embarazo.

- Amor... - seca sus lágrimas.

- No significa que sea imposible embarazarme, pero el riesgo de perder al bebé es más elevado de lo normal – explica – entenderás mi miedo – lo mira asentir – José Luis... - humedece sus labios – sé que ser papá es uno de tus sueños más grandes, pero yo no puedo dártelo, y entendería perfectamente si decides no continuar con lo nuestro, yo n...

- Hey, hey – la detiene – yo te amo a ti, tú estás aquí – acaricia su mejilla – tenerte a mi lado vale más que cualquier cosa, además, está la adopción, podríamos considerarla una opción – propone.

- ¿Aceptarías criar a un niño que no lleve tu sangre?

- Los lazos de sangre son eso, solo lazos, voy a amar a ese niño lleve mi ADN o no.

- Eres tan lindo – sonríe – gracias... gracias, gracias, gracias – lo besa.


La apreció sin censura, desnuda, hermosa mientras se mordía el labio inferior. Comenzó a acariciar su cuerpo lentamente, sus manos fueron subiendo de la misma manera por sus muslos hasta llegar al costado de sus senos.

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