Muy lejos de la zona de lobos, exactamente en el castillo en donde residía la comandante, la luna alumbraba a una solitaria habitación la cual una vez fue de Heda y de Wanheda, aunque en realidad la habitación no estaba sola, una vampira estaba apoyada en el balcón mirando fijamente a la luna.
Después de un rato, la puerta de la habitación fue abierta y unos pasos se escucharon hasta que llegaron a lado de la chupasangre.
— ¿Heda? — la llamaron — ¿Sigues pensando en ella? — eso sonó más a una afirmación que a una pregunta.
— No hay día en el que no piense en ella, Anya — fueron las únicas palabras que brotaron de la boca de la comandante, el ambiente siguió en silencio por varios minuto hasta que la mujer volvió a hablar.
— Ya han pasado 16 años Lexa — recriminó la ex foss — tienes que comenzar a olvidarla.
— ¿Cómo olvidas a alguien que amaste más que tu propia vida?
— Lexa, la persona a la que tu amaste fue solo una ilusión. Clarke Price nunca existió, todo fue un plan de los Griffin para poder escapar, todo lo que alguna vez quisiste de ella no fue real.
La vampira sabía que Anya decía la verdad y ella es la única capaz de decirle las cosas sin tener consecuencias. Quiso responder pero de la nada un dolor muy fuerte se implantó en su pecho, tanto fue el dolor que tuvo que arrodillarse mientras de fondo escuchaba la voz de Anya la cual estaba algo asustada al ver a su comandante así.
Varios minutos pasaron hasta que finalmente la vampira pudo levantarse con la ayuda de la ex foss.
—¿Qué ocurrió Alexandria? — preguntó alterada la morena — creí que ibas a morir.
— Yo...no lo sé, pero fue como si oprimieran mi pecho con una fuerza descomunal — respondió la comandante haciendo una mueca ya que el dolor recién se estaba disipando.
Tras esas palabras la luna alumbró más el lugar, demostrando su felicidad y también la de los dioses pues sus dos trágicas amantes estaban destinadas a reunirse de nuevo y eso sucedería más pronto de lo que pensaba. Porque ese dolor representaba que ella y su hija que es poseedora de su parte más vampira han conectado sus genes, tarde o temprano la familia que debieron ser terminará por reunirse.
CLARKE
—¡Te dije que esto iba ocurrir! — la rubia escuchaba como su padre la recriminaba pero lo único en lo que podía pensar era que cuando Alice despierte tendría tantas preguntas y ella debería responder todo, por el momento había podido evadir las dudas de Madi pero cuando sus hijas estén juntas habrá tanto que resolver.
Recordaba la primera vez en que las vió juntas, Madi resultaba ser la menor de sus hijas por 4 minutos pero era una rubia con ojos verdes realmente curiosa, ese verde en sus iris le recordaba a su ex esposa, mientras que Alice portaba el cabello castaño claro, pero sus ojos eran como los de ella, de un azul que se podía ver con claridad. Ahora con 15 años Madi se parecía a Clarke con excepción a sus ojos, y Alice tenía la fisonomía de Lexa también con la excepción de sus ojos. Para Clarke, sus hijas son perfectas, las ama como nadie y ahora tenía miedo de que su relación con ellas corra riesgo por aquella verdad que ocultó por años.
— Suficiente papá, tengo demasiados problemas como para que tu vengas a sumar uno más. Cúlpame, hazlo, pero no olvides que ninguno de ustedes estaría aquí si no hubiese sido por mí.
— Así es, estamos aquí, pero ¿Cuál fue el costo que tuviste que pagar? — dijo Jake mirándola fijamente — que ahora tengamos que lidiar con un monstruo...
— ¡¡¡Que no se te ocurra volver a llamar a mi hija de ese modo!!! — golpeó la mesa con fuerza logrando un fuerte estruendo, que llamó la atención de Madi que estaba en una de las habitaciones, no se había separado del cuerpo de su hermana quien ahora estaba recobrando la conciencia — te prohíbo que la trates de ese modo, no tienes derecho de insultar a ninguna de mis hijas —.
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Una Rosa con Espinas | CLEXA
FanfictionContinuación de "Sangre Negra y Carmesí" Lexa regresó al castillo donde los recuerdos no hacían más que atormentarla, por primera vez en todo su milenio de vida necesitaba que alguien fuera capaz de asesinarla pero sabía que ninguno iba a ser capaz...