Capítulo 7.

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Un par de ojos azules se mantenían cerrados mientras escuchaba la voz de las dos mujeres, sabía que espiar o escuchar conversaciones sin autorización era algo muy bajo pero ahora que estaba consciente, solo quería saber o intentar entender por qué aún no estaba muerta.

Se le hizo extraño que después de unos segundos ya no se escucharan las voces aunque seguía manteniendo sus ojos cerrados.

— Sabemos que estás despierta.

La ojiazul se asustó ante la voz pero esta vez si decidió abrir los ojos y sentarse de golpe mirando a las dos mujeres, ambas la miraban con seriedad, no quiso llamar tanto la atención así que solo bajó la mirada hasta que finalmente la mujer que había reconocido como la mano derecha de la comandante habló en su idioma. 

Bilaik gada wyll onsy grink osir priob (Esa niña solo nos traerá problemas) — aunque a la ojiazul le costó entender, al final logró traducir en su cabeza esas palabras y se sintió algo ofendida por esa afirmación.

— Eso es ofensivo, yo no quiero problemas y estoy intentando no causarlos — respondió llamando la atención de las dos, lo que le hizo encogerse en su lugar algo avergonzada.

"Perfecto Alice, lo primero que no querías era llamar la atención y ya lo arruinaste. Estúpida" - Se reprendió internamente la menor

— Dijiste que no entendías nuestro idioma — le recriminó Anya acercándose de manera amenazadora — acaso tenemos que cortarte la lengua por ser una mentirosa.

La amenaza hizo que Alice se levante de un salto y que se alejara instintivamente de la mujer, intentaba poner la mayor distancia entre ellas hasta que chocó contra el cuerpo de la comandante.

— No...no es mentira — ladró la ojiazul intentando sonar fuerte pero fue todo lo contrario — yo...entiendo muy poco de lo que dicen, tal vez algunas cosas si, pero la mayoría no.

Miró a la comandante la cual observaba la escena con los brazos cruzados, ni siquiera sabía si era buena o mala pero algo en su interior le dijo que la vampira no le iba a hacer daño, por lo que se atrevió a colocarse detrás de ella para evitar a la mujer que le había amenazado como modo de defensa.

Anya se detuvo mirando a la comandante.

— Teik a brik en hod op gon ai oddeirs, Anya (Toma un descando y espera mis órdenes) — la mano derecha asintió obedeciendo a su Heda y salió de la habitación de inmediato.

Un suspiro aliviado se escuchó por parte de la menor pero la comandante se volteó mirándola fijamente sin ninguna expresión lo que hizo que Alice se apegara a la pared con miedo de que sus instintos hayan fallado y que realmente la vampira si quiera hacerle algo para lastimarla.

— ¿Cuál es tu nombre? — empezó preguntando la mayor mientras caminaba por la habitación.

— A...Alice.

— Alice ¿qué? — tras esa pregunta la ojiazul dudó mucho en decirle su apellido, no sabía si el apellido de su madre fuera algo beneficioso en ese lugar, al menos, creía que no después de que le contó lo que había sucedido mientras ella estaba en la zona de vampiros.

— Alice...Carter — ese fue el primer apellido que se le ocurrió, al menos, porque era uno de los chicos que antes era su amigo.

—¿Hace cuánto surgieron tus poderes? — la siguiente pregunta le heló la sangre pues no sabía que esa vampira la conocía tanto y por eso no supo que responder — He vivido más años de los que aparento, por eso sé que no puedes controlar tu lado de vampira. Contesta.

— Hace poco, quizá...cuatro meses y medio — la menor suspiró bajando la mirada, esa mujer lograba intimidarla solo con el tono de su voz, además, probablemente ha vivido todo lo que ella nunca lograría vivir.

Una Rosa con Espinas | CLEXADonde viven las historias. Descúbrelo ahora