Capítulo 19.

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Alexandria veía desde el balcón como la misma Anya curaba las heridas de Clarke, quien estaba inconsciente por la pérdida de sangre debido a los cortes.
Alice estaba en el otro extremo de la habitación, su instinto estaba a flor de piel, mientras que Raven ayudaba en lo que podía a Anya, el ambiente no era nada grato, Madre e hija intercambiaban miradas llenas de reproche y de ira acumulada en el interior, pero ninguna se atrevía a decir absolutamente nada.

La mente de Lexa era una maraña de pensamientos sobre los acontecimientos recientes, no sabía exactamente cómo reaccionar ante toda la información que había llegado a ella, golpeándola hasta dejarla sin idea de que hacer.

Se sentía de la misma forma que se sintió cuando supo la verdad sobre la mujer que una vez amó.
Era como si aquel río que dividía a los lobos y a los vampiros se encontrara exactamente en esa habitación.

Pero...

¿Cómo?

Si bien Lexa estaba rebuscando en todos sus recuerdos, ninguno era de que Clarke haya tenido hijos antes de estar juntas.

Por lo que iba uniendo los puntos poco a poco.

Alice protegió a Clarke, la llamó madre y es una vampira, o al menos, gran parte de ella lo es, a parte de que también resulta ser una natblida
Y eso solo significaba una cosa.

Alice no solo era hija de su ex esposa, sino también era suya.

Tenía su sangre.

Era carne de su carne.

Y la corta edad de Alice, le confirmaba lo que su mente le decía.

Fue concebida en una de las tantas noches de pasión que tuvieron con Clarke hace más de dieciséis años, casi diecisiete.

Esa niña fue fruto de mentiras y de engaños tan descarados en su momento.

Y ahora, estaba como una fiera, todo para que no lastimen a la mujer que le dió la vida.
Por más que Lexa quería negarse a la idea, todo cuadraba y era entendible la reacción de la natblida menor. Si ella hubiese visto que torturaban a su madre, también haría todo por salvarla.

Luna entró a la habitación, no pidió permiso y tampoco estaba en labor de querer hacerlo, ignoró por completo el hecho de que Anya estaba curando a alguien que todos querían que muera y se dirigió hacia Lexa.

— Los embajadores requieren tu presencia, quieren saber que pasará ahora.

Los embajadores.

Otro dolor de cabeza para la comandante.

Pero la verdad es que ni ella sabe que ocurrirá, en especial porque todo pasó tan rápido.

...

Todos en la sala del trono se habían quedado en shock ante las palabras de aquella pequeña natblida, que había salido en defensa de la loba que tanto odiaban.

— Tranquila mamá, nos iremos a casa, te lo prometo — por más que todos escucharon esas palabras, nadie se atrevía a decir nada.

Lexa había entrado en un estado de escepticismo, su mirada alternaba entre aquella mujer que una vez fue su esposa y a su reciente natblida. La niña seguía frente a aquel cuerpo asegurándose de que nadie se atreva a volver a lastimarla, lo cual fue como una punzada en su pecho.

Indra en un intento de terminar el trabajo y quitarle la vida a la loba, tuvo que enfrentarse a aquella pequeña, pero no le fue tan bien, porque todo indicaba que aquel instinto de protección estaba tan a flote que ni siquiera le dió tiempo a la mujer morena de reaccionar, simplemente fue azotada contra el suelo con demasiada fuerza, incluso el suelo llegó a sufrir una grieta por el impacto, para que después, Alice colocara su pie en el cuello de esta, evitando de este modo que se levante.

Una Rosa con Espinas | CLEXADonde viven las historias. Descúbrelo ahora