Capítulo 13.

274 31 5
                                    

Madi fue llevada de regreso y la hicieron arrodillarse frente a una fogata, para después darse cuenta que su tía Octavia estaba inconsciente a unos metros de ella y Monty estaba en su forma humana revisándola. Ella quiso gatear hasta ellos pero un golpe en el rostro se lo impidió, cuando regresó a ver los ojos de Jasper la estaban taladrando. El castaño aún tenía las marcas de los golpes en su rostro.

— Fue un intento bastante patético — escuchó la voz de Bellamy, sus ojos se cruzaron y la rubia bajó la mirada. El lobo al ver esto la tomó del mentón obligando a que lo vea.

— ¡Eres un cerdo! — la menor lo escupió en el rostro pues no podía hacer más que expresarle su odio.

El hombre la tomó de su ropa y la aventó con fuerza cerca del cuerpo inconsciente de Octavia, todos veían en silencio mientras el lobo le acertó una patada en el abdomen a la pequeña loba, luego fueron dos, tres, cuatro... cinco patadas demasiado potentes que incluso hizo que de la boca de la menor brotara sangre.

— ¡Basta! ¡Por favor! — Monty quien estaba siendo sujetado gritó pues si seguía así podría matar a Madi.

No fue hasta que finalmente se detuvo que la ojiverde pudo al menos intentar respirar bien. 

— Levántenla — ladró el lobo a lo que sus lacayos obedecieron y dos tomaron a la rubia levantándola a la altura de quien consideraban su nuevo alfa. 

La menor estaba débil y adolorida, ni siquiera pudo levantar la cabeza pero al hombre no le importó, la tomó de la cabellera rubia levantando con fuerza su cabeza para así estar cara a cara.

— Repítelo — susurró cerca de ella — te reto a que lo repitas una vez más.

La pequeña Griffin respiraba agitada con sangre en su boca pero sonrió mostrando sus dientes los cuales estaban de color rojo oscuro.

— Tú no ganarás, Blake — le dijo con voz llena de ira.

— ¿De verdad lo crees? — le preguntó el lobo sonriendo, era una sonrisa sádica — Él no está tan de acuerdo con eso.

Dos lobos aventaron un cuerpo cerca de la fogata y aunque fue difícil distinguirlo, se dió cuenta que era su abuelo, estaba demasiado golpeado y la sangre abundaba en su rostro, tanto que casi no supo quien era.

La rubia se sorprendió, no creía que alguien fuera capaz de vencer a su abuelo, era obvio que Bellamy no lo había hecho solo pero era la primera vez que veía al alfa en ese estado tan deplorable.

— ¡Cerdo! — gritó escupiendo la sangre de su boca al rostro del pelinegro — ¡Podrás tenerme a mí, y a todos aquí, pero aún así mi madre nunca te amará! —.

El rostro de Bellamy se desfiguró en una expresión de enojo al escucharla y sin ninguna contemplación le dió un golpe en el rostro tan fuerte que los dos tipos que sostenían a Madi tuvieron que afirmar bien sus pies a la tierra en donde estaban parados para no flaquear.

Aunque el rostro le dolía a la menor, lo que más quería era joderle y todos se sorprendieron cuando la risa de Madi resonó en el lugar.

— Eres tan patético Bellamy — le dijo con burla levantando su mirada para enfrentarlo — !Tu no eres correspondido y nunca lo serás¡ 

— ¿Eso crees? — el pelinegro volvió a tomarla del cabello — tenerte a ti me asegura que tu madre volverá y ella... ella tendrá que quedarse a mi lado aunque no quiera.

— Sabes algo... debe ser frustrante tener que recurrir a esto — Madi volvió a sonreír — Todo porque mi madre nunca ha sentido nada más que amistad por tí — Bellamy la miraba con ira — Por más que haz intentado cortejarla nunca te ha amado y nunca lo hará. Cuando sepa lo que me estás haciendo, lo única que sentirá será odio.

Una Rosa con Espinas | CLEXADonde viven las historias. Descúbrelo ahora