Capítulo 4.

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La rubia estaba fuera de sí mientras Raven estaba intentando calmarla pero se sentía casi imposible, una de sus hijas cruzó los límites, por primera vez en tantos años la tentación de cruzar volvió a instalarse en su cabeza, pero el miedo era tan grande como la tentación, era lo único que le impedía cruzar.

— Clarke ¿Qué vamos a hacer? — la morena sujetó a su hermana de los hombros y la sacudió con algo de fuerza para que centrara su mirada.

—Yo...no lo sé Raven — susurró con tono desesperanzado — Alice...ella es inteligente pero ese lugar es impredecible, pueden matarla por cometer un solo error y no sé como estarán las cosas desde lo que ocurrió hace años.

— Tenemos que decírselo a Jake, él sabrá que hacer — Raven tenía esa pequeña esperanza pero la rubia negó.

— Discutí con él, me dejó claro que no daría ni lo mínimo por salvar a mis hijas, Raven — el tono ahogado demostraba el dolor que sentía — yo le dije que si él no aceptaba a mis hijas entonces nos iríamos, así que él no hará nada por Alice, ni por Madi, ni por mi. Ha sido así desde que supo que estaba embarazada, y nunca cambiará. Odia a mis hijas con la misma intensidad con la que odia a Alexandria y no permitiré que ellas sean su objetivo de maltrato.

— No puedo creer lo que me estás diciendo — Raven pasó una mano por su rostro — Jake nunca ha sido de favoritismos.

— Créelo, me ha recriminado lo que hice por años y es tan frustrante, muchas veces me he arrepentido...porque una parte de mi de verdad deseaba quedarse con la mujer que amé, todo sería tan distinto si me hubiese quedado con ella, quien sabe, quizá mis hijas no estarían pasando por esto. No se lo he dicho a nadie Raven, pero hubieron tantas veces que pensé en ayudarles escapar, y quedarme con Lexa.

La morena se mantuvo en silencio al escuchar a su hermana, pues tenía razón.

— Yo... lo lamento Clarke, si bien te hemos escuchado con O, nunca nos atrevimos a hablar de ella pero...yo también he pensado muchas veces en que tu vida con esa vampira hubiese sido más dichosa de lo que ha sido aquí. Lo sé porque aunque nunca lo mencioné, la manera en que ella te miró hace 16 años cuando supo quien eras, demostraba cuanto te amaba y todo lo que le dolía el haberte separado de su lado.

— Lo sé — Clarke cubrió su rostro con sus manos — esa mirada de dolor y de decepción aún sigue persiguiéndome en mis sueños y sigue ardiendo como si hubiese pasado ayer. Ella me amaba y yo...yo la amaba de vuelta — Raven sabía que los sentimientos de Clarke seguían a flote aunque intentara negarlo — regresemos, quiero saber como está Madi y debo preparar mis cosas para ir detrás de Alice.

— No irás sola, Clarke — la morena dijo fuertemente — yo iré contigo y no me importa si no quieres. Una vez arriesgaste tu felicidad por nosotros, ahora quiero arriesgarme contigo por recuperar a esa pequeña rebelde. No estás sola esta vez, además, yo no tengo nada que perder, y amo a esas pequeñas como si fueran mías aunque nacieron de tí.

La rubia miró a su hermana, sabía que era imposible hacerle cambiar de opinión, Cuervo era demasiado terca, en eso se parecían demasiado.

La pequeña Madi estaba siendo curada por su tía cuando escuchó que las dos mujeres llegaron, bajó de inmediato pero se llevó una decepción después de ver que su madre llegaba sin su hermana.

— ¿Dónde está Alice? — preguntó mirando fijamente a su madre.

— Vamos a tu habitación Madi, hay algo que debo decirte — Clarke tomó suavemente la mano de su hija llevándola — Raven, por favor explícale a Octavia lo que te dije.

Una vez dentro de la habitación, la rubia mayor hizo que su hija se sentara en la cama mientras ella se arrodillaba en frente.

— Cariño, yo sé que ya te imaginas lo que ocurrió y voy a ser sincera — asintió sujetando sus manos — tu hermana cruzó los límites hacia la tierra de los vampiros — sintió como las manos de su hija menor apretaban las suyas con fuerza — no es nada fácil, lo entiendo, pero tienes que hacer lo que te pido.

Una Rosa con Espinas | CLEXADonde viven las historias. Descúbrelo ahora