Capítulo 11.

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La pequeña rubia estaba dormida en la cama de su tía cuando sintió claramente que alguien entró a la habitación, creyó fielmente que era su tía Octavia, pues ella solía acostarse más tarde que la menor.

Extrañamente solía dejarla sola en la cabaña por eso no se alarmó cuando sintió que el colchón se hundía a su lado por el peso que ejercía el cuerpo.
Si bien había estado tranquila desde que estaba con la morena, sabía que en cualquier momento las cosas se saldrían de control.

— Tía O — susurró con los ojos cerrados — siento que las cosas no están yendo nada bien.

El silencio reinó en la habitación, eso le extrañó a Madi por lo que abrió los ojos y al toparse con la figura de alguien que no era su tía, se levantó de golpe intentando salir del lugar.
El chico fue mucho más rápido y llegó a la puerta antes de que esta saliera y la cerró.

— Madi, Madi, Madi — pronunció Jasper acercándose a la rubia quien comenzó a retroceder — ¿Por qué tienes miedo? ¿Acaso hay algo que no me haz contado?

— ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó la menor con evidente miedo, si bien había estado saliendo con el castaño, después de que su madre se fué, prefirió cortar el inicio de cualquier relación con él, además de que era unos cuantos años mayor que ella — vete de aquí, tu y yo no tenemos nada de que hablar.

— ¿No? — comentó con cinismo — sabes algo, la verdad es que... tu y yo aún tenemos asuntos pendientes.

— ¿De qué hablas? Te dije que necesito algo de tiempo y por ende es mejor terminar, así que por favor, vete de aquí.

El chico acorraló a Madi contra la pared, presionando su cuerpo con el de ella, eso hizo que la rubia comenzara a temer de lo que puede hacer.

— No puedo irme, no sin ti. Bellamy tiene unos planes muy bonitos de los que tú formarás parte — susurró el castaño cerca de su oído — pero antes, quiero divertirme un poco contigo —.

Jasper empujó a Madi sobre la cama, obviamente supuso lo que quería por lo que intentó arrastrase por el colchón pero fue imposible ya que su ex pareja la tiró de los talones e impidió que se moviera para después colocarse sobre la rubia comenzando a dejar besos húmedos sobre el cuello de esta.

— ¡Jasper! — suplicó la menor intentando apartarlo — ¡Por favor! ¡No me hagas esto! — sus manos intentaban empujarlo pero el hombre era mucho más fuerte que ella — ¡AUXILIO!

Una vez el grito salió de su garganta, Jasper la miró encolerizado y le dió un bofetada en la mejilla izquierda dejándola completamente aturdida para después tapar su boca. El miedo que sentía en ese momento impidió que pudiera transformarse.

— ¡Cállate perra! — el lobo comenzó a acariciar los muslos de Madi con su mano libre los cuales no estaban cubiertos ya que su pijama constaba de una camisa que le quedaba grande y unos shorts que la hacían sentir cómoda — no te preocupes mi amor — susurró con morbosidad comenzando a abrir su pantalón mientras besaba su cuello — con las ganas que te tengo dudo que pueda durar mucho.

Las lágrimas de la rubia comenzaron a rodar por sus mejillas mientras suplicaba que no lo hiciera.

— ¡Te lo ruego! Haré todo lo que me pidas pero déjame ir — lloró rasguñando los hombros de Jasper intentando salir debajo de él.

— No lo haz entendido aún, linda — la risa del castaño inundó la habitación mientras arrancaba los shorts de la pequeña Griffin — tú ya no tienes ninguna potestad de pedir absolutamente nada, Bellamy será el nuevo alfa y tu... solo necesitamos que estés viva, no importa en qué condiciones.

Una Rosa con Espinas | CLEXADonde viven las historias. Descúbrelo ahora