Capítulo 10.

306 33 1
                                    

Alexandria miraba a la joven natblida, miraba sus movimientos y la fluidez con la que los efectuaba mientras luchaba con Indra, sentía una extraña atracción por ella, pero no como lo pensaba, era algo parecido a lo que sentía por Aden pero mucho más intenso, a ese muchacho lo quería, lo crió como su hijo pero Alice...su frío corazón se volvió cálido cuando la vió, no se sentía así desde... aquella rubia que la quebrantó hace años.

Habían estado toda la mañana en el campo de entrenamiento, la pequeña ojiazul se ha esforzado tanto por vencer a Indra aunque en ninguna contienda ha logrado ganar, era admirable, la mujer era muy dura y empujaba a todos a su límite cuando luchaban con ella para cansarlos lo suficiente y que se den por vencidos, pero la pequeña vampira no se daba por vencido, es más, tenía demasiada energía y en ningún ataque ha dudado o se ha detenido.

Literalmente se encontraba sucia, con lodo por todos lados y seguía insistiendo en volver a pelear.

— Otra vez — exigió la ojiazul poniéndose de pie, en un segundo se movió lo suficientemente rápido para bloquear un ataque de la mujer de tez oscura, lastimosamente sus movimientos son demasiado predecibles, quiso lanzar un golpe hacia el rostro de Indra pero esta usó la velocidad de la misma Alice haciéndola girarse quedando así a sus espaldas sujetando sus manos con fuerza, pero lo que no logró leer la mayor fue que la ojiazul estuvo lo suficientemente cerca a ella, así que la menor aprovechó eso dando un golpe hacia atrás con su cabeza y logró impactar exactamente contra su nariz.

Eso sorprendió a varios de los vampiros que observaban la pelea pero a quien más sorprendió fue a Indra, hace muchos años que nadie había logrado acertarle un golpe de esa magnitud, a excepción de su Heda, que incluso la dejó descolocada y tuvo que retroceder.
Alice no perdió el tiempo, se dió cuenta de la pequeña ventaja que obtuvo y la usó a su favor. Como la mayor había perdido el equilibrio, la menor arremetió contra ella logrando darle un codazo en la mandíbula con gran parte de su fuerza para después barrer con su pierna izquierda los pies de Indra haciéndola caer al suelo de golpe.

El silencio en el campo se hizo presente, todos estaban expectantes a la escena que se presentó ante ellos.
Una niña de 15 años acababa de derrotar a una de las guerreras más preparadas de su comandante, una guerrera que es considerada letal y sumamente influyente.

Por un segundo la pequeña temió por su vida, pues sintió que todos la miraban fijamente, sus piernas estuvieron a punto de flaquear pero cuando sus ojos azules conectaron con los esmeraldas de la comandante, su cuerpo y su mente se fortalecieron y asintió ligeramente en su dirección como señal de respeto. Creyó que nada más podía ocurrir en ese momento hasta que una leve voz comenzó a surgir entre los vampiros que habían estado como público.

"Gona, Gona, Gona"

Varios coreaban esa palabra y según su actual idioma, esa palabra significaba una sola cosa.

"Guerrera"

Ya no solo era la natblida que estaba siendo entrenada por Heda, sino que ahora formaba parte de ellos, era una guerrera para la especie.

Por más que su cuerpo estuviera sucio, lograba irradiar una ferocidad increíble, cosa que la misma Indra la cual se había levantado del suelo logró sentir. Por último la mujer se acercó a la pequeña y asintió.

— Te falta mejorar pero lo hiciste bien.

Tras esas palabras, Alice extendió una pequeña sonrisa, antes de lograr decir algo, Indra se alejó de ella y esto hizo que varios de los otros vampiros se acerquen y comiencen a felicitar su fortaleza y a elogiar a la menor diciendo que será una de las mejores guerreras en las filas de Heda.
Un vampiro tomó la mano de la menor levantándola con orgullo mientras que otro gritaba su nombre.

Una Rosa con Espinas | CLEXADonde viven las historias. Descúbrelo ahora