Capítulo 21.

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— Esto tiene que ser una maldita broma — la voz de Alice hizo que Raven se separara del cuerpo de Anya.

La menor había estado buscando a su madre y al no encontrarla, fue a decirle a su tía que le ayude a buscarla, porque era muy extraño que no la haya encontrado en la habitación en donde se supone que se estaba quedando.

Su sorpresa fue tan grande cuando tampoco encontró a su tía, por varios segundos el pánico la invadió pensando que tal vez les hicieron algo a ellas por la sencilla razón de que eran lobas, buscó en varios de los aposentos más cercanos, hasta que entró en uno que eran parte de los pisos superiores, al entrar, su boca se abrió tras lo que veían sus ojos, su tía Raven besaba con bastante soltura a la que se supone que era, la mano derecha de la comandante.

Y le pareció increíble, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo.

Una vez las dos mujeres se separaron, Raven aclaró su garganta con nerviosismo, pues no sabía exactamente que es lo que podía decir para apaciguar el ambiente que no era para nada grato.

 —Alice... antes de que saques cualquier tipo de conclusión errada...

— ¡¿Errada?! — exclamó la menor completamente enojada — no necesito ser la más inteligente del lugar para saber lo que está pasando, mientras mi madre está perdida, probablemente siendo torturada ¡Tú...estás con esta!

— No es como tu piensas, eres muy joven para entenderlo y estás con la cabeza caliente, tienes que calmarte — pidió la loba intentando que la menor no hiciera tanto ruido.

— ¿Cómo quieres que me calme? Mi madre, tu hermana, no está, tal vez esté muerta en este mismo momento...

— No está muerta — intervino Anya — Raven tiene razón, eres muy joven para entender aunque sea un poco de todo lo que está ocurriendo. Los sentimientos no son tu fuerte y lo he notado desde que llegaste, no puedes pensar correctamente mientras tu cabeza esté caliente, eres igual a Lexa en eso...

— ¡No te atrevas a compararme con esa...chupasangre! 

— Aunque quieras deslindarte de ella, sabes perfectamente que es tu madre, si bien te lo han ocultado por años, ustedes dos son idénticas, sé que no eres tonta, lo haz notado.

— No me importa, no quiero tener ninguna conexión con ella, antes deseaba conocerla, creí que era buena pero... no olvidaré la humillación que le hizo pasar a mi madre...

— Esa no es una decisión que te corresponda a ti — habló Raven duramente esta vez, a lo que Alice simplemente bajó la cabeza al escuchar la dureza de la voz de su tía—.

— Silencio — Anya las calló al instante antes de que inicien una nueva discusión ya que escuchó con claridad como alguien estaba subiendo—.

Uno de los sirvientes se presentó en el lugar informando que el rey Roan se encontraba en las tierras de la comandante por lo que, al estar Lexa ausente, quien debía recibirlo era la misma Anya, por algo era su mano derecha.

Al bajar a la sala del trono, la gente de confianza de la comandante ya estaban presentes, como siempre, Indra, Gustus, Aden, Luna y la misma Anya, esta última caminó hasta colocarse a lado del trono, por lo general nunca nadie se sentaba ya que ese lugar era de la comandante, y sentarse en el era como faltarle el respeto a la vampira que controlaba todo. 

— Ellas no tienen por que estar aquí — habló Indra notando la presencia de Alice y de la loba.

Gustus apoyó la moción de la mujer de tez morena pero Anya los calló al instante.

— No pienso fallarle a mi comandante, quedarse solas implica que cualquiera aquí pueda matarlas, y Heda fue muy clara en decir que no quiere que nadie las lastime. Si tienen alguna objeción, entonces dénsela a Alexandria cuando regrese.

Una Rosa con Espinas | CLEXADonde viven las historias. Descúbrelo ahora