Capitulo 20

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Ya casi no quedaba tiempo para la reunión con la Emperatriz, y el pánico me invadió con renovado vigor, haciéndome alborotar por la habitación.

-¡Relájate, Lyra! Actúa como si estuvieras mareada cuando la veas.

-¿Estás loca?

-No, lo digo en serio, piensa en algo agradable o neutro. Pero no dejes de hacerlo por mucho tiempo. Tus defensas dejan que los pensamientos fluyan libremente cuando tú quieres.

-Creo que ya entendí. Tendré que pensar en algo específico todo el tiempo para que parezca natural, pero ¿en qué debo concentrarme?

-Fiora, ¿en qué sueles pensar?

-En el tiempo. En un vestido nuevo. En la belleza de mis bonitas alas. En lo bien que sabe la sangre cuando...

-Está bien, suficiente. Yo me encargo. No suena tan difícil. -después de calmarme un poco, dejé ir a los familiares. El cuaderno crujió de nuevo.

-¡Lyra!

Una vez más, fui la última en entrar en el Gran Salón, no estaba tan lleno esta vez, y sin embargo había más alumnos de lo que esperaba. Son muchos magos militares. Además de ellos, vi a cuatro nigromantes liderados por Lysander. Elara estaba acompañada por otros dos magos expertos en maldiciones y cuatro invocadores además de mí y Morgana. Cuando mis amigos me vieron, dejaron atrás a sus compañeros y nos fuimos por nuestra cuenta.

-¡Ya era hora de que aparecieras!

-Mira, tenemos un montón de poderosos magos aquí. Calista está radiante, la muy desgraciada.

-Es una pena que nuestro Orion no lo consiguiera.

Elara y yo asentimos con la cabeza. Orion era un candidato mucho más digno.

-Qué raro, no hay ni un solo maestro, como si fuera una simple reunión de alumnos.

En efecto, el escenario estaba vacío y los alumnos miraban hacia arriba de vez en cuando, pero Rowan sorprendió a todos con su inesperada aparición desde algún lugar a nuestras espaldas. Así que ha estado ahí todo el tiempo, escondida en las sombras, observándonos sin que nos diéramos cuenta... pero ¿por qué está sola? No hay guardias, ni magos de la corte, ni siquiera la directora en el Gran Salón. Su mirada penetrante se deslizó por nuestros rostros, penetrando hasta lo más profundo del alma. Me dejó sin aliento. Su Majestad nos observa con tanta atención que mis rodillas están a punto de doblarse. Con un repentino guiño hacia mí, Rowan siguió adelante, observando los rostros de los otros silenciosos alumnos. Al terminar su improvisada inspección, la emperatriz asintió satisfecha.

-Enhorabuena a todos por haber aprobado el examen. Mientras vuestros compañeros pueden por fin relajarse, vosotros debéis enfrentaros a otro desafío. Comenzó en el momento en que cruzasteis el umbral de esta sala. Si alguno de los presentes ha cambiado de opinión, puede abandonarnos.

La Emperatriz esperó su momento, pero nadie se movió.

-Bien. Mis magos no deben traicionar a su soberano bajo ninguna circunstancia. Y para asegurarme de su lealtad, usaré magia blanca pura.

Los alumnos acogieron la noticia sin mucho regocijo. Elara y yo nos miramos sorprendidas, y Lysander murmuró algo apenas audible. La mirada de Rowan se dirigió inmediatamente al nigromante.

-Señor Obsidian, ¿tiene alguna pregunta?

-Su Majestad Imperial, con el debido respeto, ¿cómo es esto posible? La energía mágica blanca en su forma pura entra en conflicto con la energía oscura, y aquí todos somos magos oscuros.

-Sus preocupaciones están justificadas, señor Obsidian. Sin embargo, no debe dudar de la validez de mis métodos.

La Emperatriz aún tenía una sonrisa amistosa en los labios, pero su mirada se volvió momentáneamente dura como una hoja de acero. Calista, que parecía más asustada que los demás, levantó la mano.

Hexed© *EDITANDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora