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- Que día Magnífico.
La muchacha soltó un suspiro de Alivio, sin pensarlo Tres meses habían pasado, aunque no negaba que extrañaba a Selim, lo encontraba agradable, pero se sentía en completa paz.
- Sultana tiene visitas - Ezra habló haciendo que la muchacha se gire sus ojos encontrandose con los de la Sultana Mihrimah.
- Sultana - Hizo una debida y respetuosa reverencia - ¿Que la trae a este lugar de olvidó?
Mihrimah se acercó estando frente a frente.
- Tu, no mereces estar aquí según Adem escribió, aunque mi hermano tiene sus motivos.
La castaña asintío con una mueca, no le gustaba dar lastima ni muchos menos hacer pensar que era una víctima.
- Yo simplemente no puedo decir nada, es lo que el principe quiere créer, solo Allah es testigo de la verdad.
- Pero quiero escucharte.
- Acompañeme a dar un paseó.
La Sultana algo dudosa asintió antes de ambas empezar a caminar en dirección al jardín
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Ambas sentían la brisa soplar sobre ellas, mientras iban a la par, la Sultana de sangre examinaba a Eloisa curiosa quien parecía tener una Paz completa.
- Antes de responder a la pregunta que hay en su mente me gustaría contarle mi historia.
- Por supuesto.
La castaña se detuvo suspirando antes de ordenar a sus sirvientas que le den espacio al igual que a las de Mihrimah.
- Escucheme con atención, cuando apenas tenía Cinco años perdí a mi Madre, murió de la manera más atroz posible.
Mihrimah la miró sorprendida iba a hablar pero Eloisa continuó aún sin verla.
- Desde ese momento mi vida fue un infierno, mi madre empezó a tener problemas de salud el día que yo nací.
