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- No estoy pidiendo tu opinión, es una orden.
- Pero... Sultana si el principe..
- Es una orden y ya.
Nuray le entrego el collar que selim le había regalado, lo puso en un bello cofre de oro y lo mandaba a la capital siendo un regalo para la Sultana Mihrimah.
- Házmelo saber cuando llegue a manos de la Sultana.
El sirviente hizo una reverencia antes de retirarse dejando a la Haseki con sus hijos.
- Su padre no sabe hacer regalos..
Como si Ruslan entendería río suavemente provocando una sonrisa en su madre.
- Ustedes son lo más valioso que tengo.
Se recostó a su lado viendo cómo su pequeño pelirrojo tomaba su dedo mientras Aysel buscaba acercarse a su madre.
- Solo protegeré a su padre para obtener poder para ustedes.
Con suavidad las puertas de la habitación fue tocada antes de recibir el permiso de la Haseki mostrando a una sierva.
- Disculpe la imprudencia Sultana, pero me ordenaron traerle esto.
Los iris verdes de la castaña vieron un pequeño cofre lo cual levantó una ceja.
- ¿Quien lo envía?
- El principe Bayaceto.
Nuray se levanta antes de tomar suavemente el cofre le da una bolsa de monedas de oro a la sirvienta para cerrar su boca.
- Bayaceto...a veces te arriesgas demasiado.
Con suavidad abrió el cofre viendo una nota, al tomarla vio un bello collar que sobresalía suavemente, leyó con suavidad la nota.
"Aunque agradeciste el regalo de mi hermano, ví que no fue de tu agrado, espero que esto al menos logré colocar una sonrisa en tu rostro solo necesito eso para seguir viviendo, con gran amor Bayaceto"
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