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Se creé que mayormente para sobrevivir en los palacios de los musulmanes tienes que entrar en la cama de alguien importante o estar bajo su disposición.
Pero lo cierto es que no, debes ganarte la confianza de las mujeres más importantes e influyentes, solo así podrás sobrevivir.
Y ésto era dicho porque hoy los sirvientes del palacio de Manisa no tenían tantas ganas de vivir.
Nuray entraba en su noveno mes de embarazo y en esos 5 meses restantes, la Haseki no quiso ver a selim ni en una pintura.
Pero al ya entrar en un mes de nacimiento los sirvientes tuvieron que tratar de desobedecerla.
- Mi Sultana el principe dice que-
- No me importa lo que el diga si te ofrece oro, tu no lo dejaras entrar al menos que quieras que tú cabeza esté en una estaca y luego tú familia llore en un calabazo.
El sirviente huyó espantado, mientras dejaba a la castaña descansar en paz, Nuray tenía clara una cosa no iba a dejar que su """amado""" esposo asista a el parto de su hijo.
- Zehra.
- Si mi Sultana.
- Manda a llamar a Adem.
La castaña daba pequeños suspiros mientras observaba por la ventana mientras Acariciaba su barriga, ahí estaba su futuro, no importa el amor que ahora le sentía a Selim, su hijo era la llave de su futuro.
- Mi Sultana - La voz de Adem se hizo presente con un movimiento de mano todos se retiraron.
- Adem...¿me harías un gran favor?
- No puedo matar a su alteza selim
- Aunque lo desee no es eso.
- Tampoco puedo exiliar a la señorita Nurbanu.
- Prefiero que esa cobra se envenene con su veneno hasta su último aliento.
- ¿Entonces?
- Quiero que alejes a selim.
- ¿Alejar?
- No quiero verlo en el nacimiento de mi hijo.
- ¿Y que tiene en mente?
- Escribí una carta al principe Bayaceto para que vaya a un día de caza con selim.
- La respuesta del principe la recibí esta mañana.
- Seguramente dirá que sí, quiero que Selim sea el que acepte.
- Sultana usted..
- No estoy haciendo nada malo, simplemente el irá de caza con su hermano y yo me pondré en trabajo de parto.
