ɴᴜʀᴀʏ |ˡᵃ ˢᵘˡᵗᵃⁿᵃ ᵐᵃᵍⁿⁱ́ᶠⁱᶜᵃ

ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ xxxᴠ

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Los planes de Nuray.

Un año, sus pequeños tesoros tenían un año e iban en camino a cumplir dos.

Cómo siempre Aysel era la última en dormir, ya que como siempre se resistía a dejar de jugar.

- Sultana - Zehra se inclinó antes de entregarle a la Haseki una nota - Lo pedido está saliendo bien.

Nuray leyó suavemente la carta mientras arropaba a su pequeña hija.

En éste último tiempo Mahidevran había ingerido una pequeña cantidad de veneno.

En este tiempo Bayaceto había tenido problemas en su harem y con el propio sultán.

En este tiempo Selim se había convertido en el favorito de su majestad.

Todo iba como Nuray quería, los movimientos de cada persona.

Solo había un pequeño problema y el cual la dejaba en duda en los más profundo de su ser.

- Entegale la ultima cantidad para que se la ingieran a Mahidevran.

Zehra hizo una reverencia antes de retirarse dejando pensativa a la Castaña.

Murad se quejó suavemente buscando el calor de su madre la cual rápidamente la acurrucó en sus brazos besando su cabeza.

- Mi amado Murad, pronto el mundo se inclinara ante nosotros, solo debes dejar que mamá se encargue de apartar tu trono.

Murad movió su mano acariciando la mejilla de su madre suavemente.

Nuray era más astuta que cualquier mujer que había en este palacio a excepción de Nurbanu.

Las palabras de Nurbanu rebotaron muchas veces en su mente.

Selim podía prometerle muchas veces amor eterno, pero el daño que le había hecho nunca se borró de su mente.

Murad y Ruslan eran su salvación por más que amara a Selim en vida, sus hijos era su prueba de lealtad.

Primero debía poner a Selim en el trono y luego el camino quedaría libre para cualquiera de sus hijos.

- Te lo prometo hijo mío el mundo será nuestro.