¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La castaña sentía el viento frío mañanero mientras caminaba por los jardines de Estambul.
Selim había sido solicitado y llamado por Suleiman al palacio de la capital para una labor y tarea especial.
La castaña había sido la indicada para acompañarlo aunque para su pequeño lamento sus hijos no la podrían acompañar.
- Sultana - Una sirvienta hizo una propia reverencia ante la Haseki - La sultana Hurrem la invita a desayunar.
- Gracias por el aviso.
La muchacha comenzó a caminar hacia el palacio sintiendo el viento en su rostro mientras sus pisadas por el cesped eran relajantes.
•
Zehra iba a su lado mientras ambas caminaban a los aposentos de la Haseki más importante del imperio.
Sus paso se vieron interpuestos por una elegante mujer de cabellos castaños con un pequeño lunar particular en su frente y una sonrisa que desconfiaría a cualquiera.
- Nuray.
La nombrada miró desconfiada a la mujer sin hacer ninguna reverencia.
- ¿Si?
- Es descortés no hacer una reverencia a una sultana de sangre.
La castaña la vió una vez más antes de seguir su camino inclinando su cabeza levemente como reverencia mientras seguía su camino a los aposentos de su suegra.
La sultana Fatma la vió retirarse, tal vez no la conocía Pero a la esposa de su sobrino no parecía importarle saber de ella.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Sultana - La joven hizo una reverencia antes de sentarse cerca de su suegra.
- Es una pena que no hayan traído a los niños.
- Selim dice que son aún muy pequeños para viajes largos, Pero no se preocupe los dejo bien custodiados creo que ni usted sultana se rodeó de tantos guardias en toda su vida.
