XXII

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SECRETOS Y DESEOS

Siempre me he preguntado qué sensación se experimenta al estar completa, quizás colmada, lo suficiente para encontrar la felicidad en cada jornada. A lo largo de mi vida, nunca logré alcanzar ese estado de plenitud hasta que lo conocí. Para muchos, su paso traía consigo sombras, oscuridad, pero su mera presencia irradiaba luz en mi mundo.

En él encontraba una esperanza inigualable, una que deseaba fervientemente mantener a mi lado por siempre. Aunque consciente de que podría seguir adelante sin él, sabía que sin su presencia me sentiría incompleta, como si faltara una pieza esencial en el rompecabezas de mi existencia. Su ausencia sería un vacío difícil de llenar, una brecha que ningún otro podría ocupar con la misma profundidad y significado. Por eso, anhelaba que su luz nunca se apartara de mi vida, pues su simple ser completaba mi mundo de una manera que nunca había experimentado antes.

Y juro solemnemente proteger esta conexión, incluso si el mundo se desmorona en pedazos y el universo, o cualquier entidad superior, se opone a nuestra unión.

-Entonces, ¿tu mamá no te dejó? -preguntó Esme, con una despreocupación evidente en su tono.

-No... -comencé a responder, pero fui abruptamente interrumpida.

-¡Perfecto! No hay problema entonces. Dante y Aksel pueden venir y...

-Sin Sasha yo no voy -intervino Aksel, alzando una ceja con determinación.

-Vamos, Aksel, no seas aburrido -insistió Esme, con un destello de diversión en sus ojos-. Estaremos Dan y yo, nos vamos a divertir, aunque... -me lanzó una mirada significativa- lamentablemente Sasha no puede venir, pero no deberías privarte de lo que podría ser la mejor noche de tu vida.

-La mejor noche de mi vida deja de existir sin Sasha -respondió Aksel, cortante.

-Eres muy aburrido, corazón -prosiguió Esme, con una sonrisa traviesa-. Te aseguro que será una noche llena de emociones, algo que nunca olvidarás y mucho más -bajó la voz hasta convertirla en un susurro, mientras su mano reposaba de manera tentadora en la pierna de Aksel. Fruncí el ceño al notarlo, y vi cómo Aksel hacía señas para que me sentara en sus piernas. No dudé en acercarme y acomodarme justo sobre él. La tensión en el ambiente era palpable, cargada de expectativas y secretos apenas velados.

-Yo sí iré a esa fiesta, Esme. Podemos dejar a Sasha y Aksel solos -solto Dan, intentando aliviar la tensión que los ojos pesados de Esme ejercían sobre mí.

-Pero... -empezó a objetar.

-Estoy de acuerdo con Dante -la interrumpió Aksel, lanzándome una mirada de costado y guiñándome un ojo, lo que logró que me ruborizara por completo. Este chico realmente es travieso.

Esme rodeó los ojos con evidente molestia y se fue con Dante, dejándome a solas con Aksel. Él no dudó en tomarme del mentón para acercarse y unir nuestros labios con cierta fuerza.

Mientras observaba a Esme y Dante alejarse, me sentí invadida por una sensación de alivio. Finalmente, estábamos solos, y la tensión que había estado flotando en el aire parecía disiparse lentamente. El suave susurro de la música de fondo se mezclaba con el latido acelerado de mi corazón, creando una atmósfera cargada de anticipación.

Los ojos intensos de Aksel se encontraron con los míos, y una sonrisa pícara bailó en sus labios. Su cercanía me hizo sentir un cosquilleo en el estómago, como si estuviera a punto de sumergirme en un mar de emociones desconocidas pero excitantes.

Con un gesto decidido, Aksel tomó mi mentón con suavidad, inclinándose lentamente hacia mí. Cada pulso resonaba en mis oídos mientras el mundo parecía desvanecerse a nuestro alrededor, dejándonos solos en nuestra propia burbuja de complicidad.

Until The Last Breath ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora