LAZOS DE AMOR
La lluvia caía sobre la calle, formando charcos por todas partes. El sonido del agua impactando la tierra, sonaba como una percusión constante y susurrante. El aire estaba cargado de humedad, y el brillo de las calles lo resaltaba, cada charco reflejaba las nubes del cielo. El día estaba oscuro y gris, la lluvia golpeaba la ventana de la cafetería con un ritmo constante y monótono. El interior de la cafetería estaba caldeado y acogedor, el aroma del café impregnaba el aire y los clientes parecían refugiados del mal tiempo, sentados con una taza de café y un libro o un periódico, mientras la lluvia caía fuera.
En algunos casos, los clientes se sentían relajados y a gusto, mientras que otros parecían inquietos y ansiosos por salir de la cafetería. Algunos pedían un desayuno caliente, mientras otros optaban por un café simple, acompañado de un pedazo de pastel o un bollo recién horneado. La gente llegaba y se iba, y los empleados servían una y otra vez tazas de café humeantes. Los bocinazos de las calles estaban amortiguados por la lluvia, pero no había manera de silenciar la voz del silbato que emitía el timbre de la puerta cada vez que alguien entraba o salía. En algún momento, una persona entró corriendo, empapada, y derramó agua por todas partes. El suelo se empapó, y uno de los meseros tuvo que limpiarlo con una fregona. Algunos clientes se quejaron por la molestia, mientras que otros parecían indiferentes.
En general, el ambiente de la cafetería era relajado y acogedor, a pesar de la lluvia que caía fuera. La mayoría de las personas estaban atrapadas en la cafetería por el tiempo y se veían obligadas a compartir el espacio con extraños. Algunos mantenían conversaciones, mientras que otros permanecían en silencio. Los camareros se movían de mesa en mesa, ofreciendo más café y recogiendo vasos vacíos. Los clientes leían los periódicos, hojeaban libros, o se dedicaban a mirar por la ventana, observando cómo la lluvia golpeaba la acera y se reflejaba en la calle. La atmósfera era misteriosa, y parecía que el tiempo se había detenido en ese instante. Aunque en realidad, todo era una ilusión, pues afuera la ciudad continuaba su ritmo normal.
Algunos clientes empezaban a prepararse para marcharse, mientras yo me encontraba en una esquina de la cafetería, a solas sosteniendo con una mano un capuchino con un aroma cálido, almibarado, con notas de cacao y una nota dulce, ligeramente amarga y sosteniendo un libro con la otra, probé mi capuchino y se sentía tan suave, cremosa, sentía como su sabor recorría todo mi paladar manteniéndome cálida y relajada. Podrías empezar por describir el color y el material. Estaba vestida con un suéter rojo, grueso y acogedor. Era de lana y tenía el cuello alto. Sentía la lana caliente y cálida sobre su piel, mi pelo corto se acomodaba sobre mis hombros como una blusa ajustada sobre el suéter, era corto y redondo, con unos pocos rizos en los lados, como si un viento ligerísimo me los hubiera rizado, me gustaba pasarme la plancha en este y alisarlo, pero cuando había viento no me colaboraba para nada.
«Cuando tengamos que tomar una decisión importante, escuchemos a nuestro corazón, a nuestra sabiduría interior, especialmente cuando hayamos de tomar una decisión sobre el regalo del destino como es un alma gemela. El destino depositará su obsequio directamente a nuestros pies, pero lo que decidamos a partir de entonces con él es algo que depende de nosotros. Si confiamos únicamente en lo que nos digan los demás, es probable que cometamos errores muy graves. Nuestro corazón sabe lo que necesitamos. Los demás tienen otros intereses.
-Lazos de amor, Brian Weiss»
Una amplia sonrisa se extendió de mis labios hasta la comisura de mis ojos. La sonrisa era firmemente agradable, y permaneció en mi rostro durante varios segundos, hasta que tomé el marcapáginas y la ubique en la página correspondiente, solté un largo suspiró aliviado cerrar el libro y mirar por la ventana pegada a la mesa donde me encontraba.
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Until The Last Breath ©
Novela Juvenil[COMPLETADA] Ella desconoce el significado del amor, mientras que él busca comprender la verdadera esencia de la felicidad. Anhelando la capacidad de amar, ella se cruza con él, anhelante de ser amado. Aunque como el agua y el aceite, sus diferencia...