7. La Razón

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Su plan era entregarle los apuntes a Ccino he irse, pero al ver a aquel señor mal arreglado y sobrio fue algo que le tomó por sorpresa; creía que el vivía en una casa con sus padres y una vida... Normal. Pero aquel hombre ni siquiera sabía que su hijo había faltado a la escuela, y por su olor solo se despidió y estaba seguro, Ccino debía de estar ahí, no estaba en el café ni en el pueblo o en el árbol.

Se movió alrededor de la casa encontrando una ventana que no estaba muy lejos del suelo, se asomó un poco para ver al jóven durmiendo con un gato, Nightmare pensó que era mejor idea volver luego igual y debía comer algo. Se durmió parte de la tarde y noche y para cuando se despertó penso en desistir de ir pero en su mente resonaba la responsabilidad y soltando un suspiro se levantó de la comodidad de su cama tomando un buen abrigó, se fijó faltaba un poco para que fuera media noche, igual no importaba, el pueblo era pequeño y casi todos se conocían unos a otros así que no había peligro. Decidió dar una pequeña vuelta por el pueblo, algunas personas caminaban con su linterna otros con un candil en mano para corroborar que todo estuviera en orden con los animales del pueblo, en su caminó logró divisar no muy lejos un lugar bastante iluminado, pero no por luz, si no por luciérnagas, todo era bastante acogedor... Recordó que había olvidado los apuntes y se reprendió a si mismo mentalmente, pero igual, ya había salido y lo mejor que podía hacer era terminar su “misión”.

Al llegar al hogar del mencionado dió unos pequeños toques en la ventana, para poco después vislumbrar la imágen de Ccino... Parecía recién despierto, su piel blanca, sus ojos color miel que se asomaban brevemente en su mirada que era dirigida a el, sus labios parecían pintados con un tinte natural y como se apoyaba en la ventana para recostarse para verle mejor, eso acompañado con la luz de la luna le daba un aspecto casi fantasioso. Habló con él mientras veía como su gato le hacía compañía, podría haber terminado su charla ahí he irse de una buena vez sin embargo la mirada triste y con lágrimas amenazando salir de sus ojos le hizo ofrecerse —Ven conmigo.

Llevarselo fue más sencillo de lo que pensó y se dirigió a aquella pequeña quebrada, el sentó a su lado y aunque prestaba atención a su conversación no pudo evitar notar también los movimientos de Ccino, cuando se acomodaba, cuando el aire pasaba por su cabello moviendolo suavemente, parecía que Ccino tenía la cualidad de parecer un personaje de una historia fantasiosa, pero su vida sin duda alguna era bastante realista de una manera no muy agradable. El escucharle decir que no sabía que hacer con respecto a su padre le molestó «¿Por que no lo dejas y ya?» pensó.

Sin embargo Ccino tenía razón y de alguna manera pensó en la suerte que tenía, si bien sus padres lo hicieron a un lado después de todo lo que paso con Killer y su sexualidad, no le habían dejado desamparado, tenía un lugar al que regresar... «La verdad es que... Ninguno de los dos merece vivir así, somos jóvenes todavía» pensó y miró como Ccino comenzaba a derramar lágrimas, no entendía, no comprendía su sentir, por que verle llorando le causaba incomodidad y molestia. Decidió distraerle contándole aquella leyenda, la había leído hace ya mucho igual, pero no entendía a Ccino porque quería saber que era estar enamorado, sentir cariño hacia alguien; escucharle hablar sobre si mismo como si fuera algo que todos debían olvidar le molestó, él no quería olvidarle, es más, quería conocerle más. Pero sus pensamientos de molestia y resignación se interrumpieron cuando él dijo que al único que extrañaría, tal vez era a él. Era algo inesperado pero de alguna manera reconfortante, tal vez por que en el fondo el también sentía algo similar a Ccino, alguien que trataba de ser olvidado por su familia y que solo podía confiar en sí mismo... Tal vez no eran tan distintos como pensó.

Fue un impulso tomar el rostro de Ccino, en primera instancia se dió cuenta de que su piel era más suave de lo que parecía, y que los labios de Ccino se veían igual de seductores bajo la luz de la luna. Desde antes pensó en el actuar de este, ¿Si se daba cuenta de lo tierno que podía ser? Mientras hablaba con su voz suave y serena, aquella que siempre mantenía un volumen bajo y que seguro deberías de acercarte más para escuchar, acercarse como el lo hizo para juntar sus labios. Ni siquiera sabía el porque hizo aquello solo... Solo quería probar los labios de Ccino, una vez se separó tal vez el contrario no lo notó, pero el si pudo vislumbrar el ligero sonrojó que se pintaba en su rostro después del besó.

Historias de Terror contadas a Medianoche - [FluffyNight]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora