34. La perdición de sus ojos

22 3 0
                                    


⎯¿Un baile? ⎯Charlotte bajó la voz.

⎯Querida...⎯Soleil la tomó del brazo con suavidad para arrimar hacia un lugar donde no pudieran estar a la vista⎯. Eso es lo que ha estado en boca de todos. ¡De toda París!

⎯¡Qué dices! ⎯la gitana frunció el ceño sin comprender⎯. ¡Un baile! ¿Qué quieres decir con un baile? ¿Pero por qué un baile?

⎯Dios sabrá por qué, pero así mismo es.

⎯¿Y qué pasa con la salud del señor? ⎯no había expresión más acorde a su confusión sino aquel gesto desaprobatorio⎯. El señor Juez está ahora...⎯no quiso pronunciar lo demás porque habrá de pensar en cosas inauditas, así que se detuvo de inmediato, gélida en preocupación y sus ojos nuevamente miraron a Soleil⎯. ¿Cómo han de pensar en un baile ahora?

Charlotte agarró su falda para empezar a caminar, junto con Soleil quien también sostenía una canasta llena de agua de rosas.

⎯Sospecho que ha sido mucho antes de lo que ha pasado hoy...

⎯¿Y qué significa un baile? ⎯cuando llegaron a la cocina, Charlotte se apresuró a rellenar más hojas de laureles y la cola de caballo⎯. ¡Un baile...!

⎯Una fiesta ⎯Soleil mencionó llena de sorpresa⎯. Siempre los bailes son para reunir a la mayor audiencia de blancos posible. ¿No sabes acaso que es un baile?

⎯¡Oh! ⎯Charlotte respingó sus gestos⎯. Créeme, madame, que París y yo diferimos mucho con el significado de lo qué es un baile.

Charlotte admitía sin mirarla en realidad. Continúo diciendo:

⎯¿Y en dónde es que tal baile se llevará a cabo?

⎯Aquí por supuesto. No es para nada raro porque siempre están haciendo bailes y fiestas. La nobleza recurre mucho a ellas para pasar su grandeza. Es un tema bastante imperioso.

⎯¿Qué pasará con los trabajadores? ¿Qué pasará?

⎯¿Con nosotros? ⎯Soleil respondió como si hubiera dicho algo gracioso⎯. Con nosotros nada de nada. Los elegidos van a atender, o si acaso pueda ser ofensivo que nosotros estemos, simplemente nos quedamos en La Vigilia.

⎯¿Cómo es eso posible? ⎯rechazó Charlotte, negando⎯. ¿Simplemente desaparecen?

Soleil asintió.

⎯Pues, eso es realmente indignante.

El refutar de Charlotte llegó a Soleil para hacerla sonreír, pero dirigió simplemente una sonrisa llena de nostalgia. No esperaba que dijera lo siguiente:

⎯Me siento mal por mi señor. En este día...tan triste. Es una ofensa para lo que está sintiendo. Su...
Se detuvo. Y Charlotte se inclinó para seguir escuchándola.

Pero Soleil solo suspiró. Sus manos tomaron su rostro. La preocupación inundaba sus expresiones.

⎯Mi señor debe recuperarse...⎯confesó, y con tristeza.

Charlotte, por su parte, relajó sus hombros y como seguía envolviendo las gasas de lana tenía intención de consolar a Soleil dejándolas a un lado. No comprendería nunca el gran aprecio que todos los trabajadores le tenían al Juez, sin embargo, entendió que lo sucedido los estaba afectando más de lo que creyó.

⎯Dios lo acompañará en cualquier momento ⎯Charlotte le mostró una de sus grandes sonrisas, con aprecio⎯. Es un hombre fuerte.

⎯Es más que eso ⎯Soleil asintió⎯. ¿Ya debes volver?

Por Estas Calles De París © COMPLETA [BORRADOR SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora