𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟮𝟬

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Es la primera en despertar, JungKook encerrándola entre sus brazos duerme profundamente, debajo de las arrugadas sábanas siguen desnudos. Se levanta, con todo el cuidado del mundo para no despertarlo y despacio entra al baño para tomar una ducha. Siente su cuerpo algo acalambrado y adolorido, el agua tibia le ayudaba bastante a relajarse.

Sale cubriendo su cuerpo y se mira al espejo, su cabello enredado es un desastre que trata de peinar con los dedos. Ahí es que repara en su piel, más específicamente parte de su cuello, hombros y pecho. Tiene varios hematomas violáceos pequeños que tendrá que cubrir con maquillaje. No les bastó con tan solo un encuentro por lo que se dejaron llevar y lo hicieron dos veces más acabando dormidos casi al amanecer.

Se estiró con una sonrisa boba de labios al recordar lo que habían hecho. No sabía si seguía dormida o era la consecuencia de tantas sensaciones experimentadas en pocas horas. Tal vez la segunda. Se vistió con una camiseta de JungKook que le llegaba hasta los muslos. Llevó la ropa de ambos —aun mojada y en el suelo— al cuarto de lavado colocando rápidamente en la máquina, aunque podía pasar a su apartamento a cambiarse, no quiso.

Regresó a la habitación encontrándolo boca arriba, con ojos entreabiertos, apenas se acerca tomando asiento a orillas de la cama a su lado él sonríe y se miran en silencio un par de minutos.

—¿Cómo te sientes? —pregunta ella con algo de timidez.

—¿Lo preguntas en serio? —su voz sale ronca y ella asiente— bien, supongo —se encoge de hombros, no puede evitar llevar su mano al muslo denudo de ella para tocarla suavemente— estás consiente de lo que hicimos.

—Tuvimos sexo y del bueno —responde divertida—  los amigos a veces hacen eso.

La sonrisa de JungKook se desvaneció al instante. Claro que ellos dos no eran amigos.

—Los amigos no tienen sexo, Youjin.

—Nosotros somos amigos especiales —se sintió cohibida cuando él se levantó, acercando sus rostros tan cerca que podían sentir la respiración del otro— ¿no?

—No —sentenció— tu eres mía, mi novia, mi mujer, mi cerecita —su mano le acarició la mejilla y ella cerró los ojos ante la acción— y como anoche consumamos la relación, es imposible romperlo.

—Que cosas más ridículas dices.

—Te amo, Youjin —su corazón retumbó, fuerte ante esa declaración— en serio te amo. Nunca deje de hacerlo y está vez no voy a dejarte ir. Voy asegurarme de ello.

La atrajo contra su cuerpo, se recostó con ella dejándola descansar en su pecho.

—Yo también te amo, mucho, cariño.

Se quedaron así, abrazados, disfrutando del silencio y la tranquilidad. Hasta que una duda carcomió bastante a JungKook.

—Puedo hacerte una pregunta —ella asintió— ¿Por qué no quieres que nadie sepa que volvimos? es por el bonsái de tu amigo.

—¿Bonsai? —le tomó unos segundos entender— ¿JiMin? qué tiene que ver —se incorporó para mirarle— él estaría contento de saber que regresamos —el pelinegro discernía—  le he contado toda nuestra historia y siempre se mostró muy tierno conmigo.

Le acarició las mejillas, admirándola en silencio.

—Eres tan buena y hermosa.

Youjin suspiró, dibujando círculos en la clavícula derecha de JungKook y en voz baja le dijo.

—No quiero que lo sepan porque mi familia comenzara a presionar con el matrimonio —puchereó— ya sabes, tengo treinta, la edad crucial para estar casada y con un par de hijos.

𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗙𝗜𝗚𝗛𝗧 ᴊᴊᴋ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora