Danza de Hierro y Fuego: El regreso al Ragnarok

38. Muerte, primer movimiento

¿Alguna vez has estado al borde de la muerte?

Es igual a esos momentos de adrenalina donde todo es tan lento, sientes miles de cosas pasar por tu cabeza; buscando entre todos tus recuerdos una forma de salvarte de aquello a lo que más temes y cuando te das por vencido sonríes al recordar los felices momentos en tu vida; aquellos que eran tan minúsculos por lo que no apreciaste en su momento. Un cumpleaños o abrazo, el estar en los brazos de tus padres en aquel abrazo infernal que no querías.

Eso fue todo lo que paso por mi cabeza al verlo mientras caía hacía el vacío, recordando a mi padre quien me tuvo con una criada; a mi hermana quien después de tantas batallas entre nosotros al final siempre sonrió para ayudarme y él, quien era tan solo un niño que se metía a mi cama bajo el miedo de la soledad ahora vuelto un hombre bañado en cicatrices de guerra quien buscaba atraparme en plena caída con todos los daños de su cuerpo pero para saber que paso, el por qué esta libre y como llegamos aquí debemos ir atrás, varias horas atrás.

La batalla comenzó con el ardiente aliento de los dragones quienes quemaron todo lo que alcanzaban con sus llamas en pleno aire. Los barbaros se lanzaron rápidamente contra las armadas y las alas de plata, mientras que el resto se lanzaba en busca de llegar a ese sitio. Nosotras cabalgamos en el aire bajo la protección del dragón quien buscaba destruir todo a su paso. Estaba tomada de la cintura de Mika quien buscaba una forma de llegar al palacio pasando encima de los barbaros y evitar la muerte del imponente ser que montábamos bajo la mano del Dragón Slayer.

 Mire abajo, mi hermana estaba luchando con su clásico fervor eliminando a los barbaros con facilidad; su sonrisa leve pero satisfactoria indicaba su placer en batalla, cosa que era rara de ver en ella. 

-¿Cuál es el plan ahora?

-Entrar, Yuri nos esta esperando con Thosaka y Scáthach adentro del castillo.

-Bien pues andando.

Nos lanzamos en picada con Viarex lanzando una llamarada que consumió múltiples soldados barbaros, necesitábamos una buena distracción para poder entrar y para nuestra suerte; poseíamos a un dragón capaz de ello. Ante una pantalla de humo de gran tamaño saltamos a ras de suelo para llegar a nuestro objetivo, estábamos ahí en aquella plataforma dorada donde se apreciaba todo el campo de batalla. La bandera de la vida que cargaban contra ellos, la sangre corriendo junto al valor de todos los guerreros. Rhaast era quien destacaba en batalla levantando a sus enemigos en un movimiento, seguido de cortarlos con su guadaña o desaparecer en las sombras para acabar con ellos de forma rápida y sencilla. 

Morgana Le Fay quien se casaría con mi hermano bajo alguna locura que llego a su cabeza admiraba el campo de batalla manteniendo la mirada en la masacre que ocurría por ambos bandos, sinceramente era digna de su nombre como ningún otro.

-Es bueno ver que ya llegaron.

-Lo mismo digo -Mirando a Avenger- ¿Qué hace el aquí?

-Necesidad ante un probable peligro al encontrarnos a Thor.

 -¿El dios del trueno, hijo de Odín?.

-Ese mismo pero dejando eso de lado, necesitamos llegar rápido con él; algo me huele muy mal aquí.

-Entendido.

Miramos la entrada una ventana quebrada la cual daba al pasillo donde ninguna luz acompañaba el camino, ahora por fin estábamos cerca a tan solo unos pasos para poder llegar a él. Mire mis espaldas un campo de guerra donde incluso mis padres estaban mi hermana escondida en lo más atrás del ejercito. Todo esto debía salirnos.

Tenia ese sentimiento, un viejo recuerdo del pasado donde el olor a ceniza rozaba mi nariz junto al desagradable olor a hierro que solía sentir en un campo de batalla. ¿cómo fue que paso todo? Estábamos a nada de salir del mismo infierno hasta que él apareció; con una fuerza bruta mayor a la de cualquier otro demonio y un fuego que consumía al mío. Recuerdos sentir mi cuerpo estremecerse de tal manera que, ni moverme pude, verlo andar hacía nosotros con aquel lento paso era peor, causaba silencio en sus movimientos.