Cuando menos se espero el primer evento estaba apunto de comenzar, con las clases de héroes en la cabeza y el resto de ellas a sus espaldas la carrera de supervivencia estaba al borde de su comienzo; aunque claro antes estaban dándole unos cuantos minutos a los jóvenes para calmar los nervios, minutos que fueron aprovechados por todos.
El peliverde simplemente miraba sus nuevas lanzas las cuales de forma deliberada liberaban la energía maligna dentro de ellas, principalmente para darle un descanso al chico quien había tenido una mañana ajetreada con demasiado papeleo en conjunto de un combate con Yamamoto Midoriya y Makima quienes no dieron tregua en contra del Ruler.
Mika: ¿Nuevas armas?
Izuku: Se podría decir que si, dos lanzas malditas; tienen en su núcleo al demonio ángel y el demonio de la oscuridad.
Mika: Vaya entonces son de alta calidad ¿no?
Izuku: Son armas malditas forjadas por el mismo Murasama Senji, obviamente son de alta calidad Mika.
Mika: Ya veo... El discurso que diste antes, sabes que no es algo apropiado para decir en tu estatus actual; muchos periódicos van a usarlo para atacarte.
Izuku: Lo se, sabía en que me metía cuando dije esas palabras, pero no pienso retroceder a ellas; más bien pienso cumplirlas y para ello debo devorar los sueños de todos eclipsándolos sobre el mío, eso incluye el tuyo Mika.
Mika: No te lo dejare tan fácil amor mío -Dándole una cálida sonrisa-.
Izuku: creo que no entendiste Mika, no importa si me dejaras la victoria de forma fácil o no; yo me encargare de destruir el sueño de cada uno de los presentes y entre ellos entras.
Ante aquellas palabras la peliverde solo retrocedió un par de pasos, había olvidado algo de su pareja que ante estos momentos volvía a su cabeza; aquella leyenda que a el le pertenecía y que sin importar nada incluso sabiendo que el chico la amaba con todo su corazón no era un héroe que se había calificado por su amabilidad o actos caritativos sino todo lo contrario, ser un guerrero; un general que arraso con los demonios de los ocho pisos distintos, un guardián que sin dudar en un momento cumplió sus ordenes asesinando hombres, mujeres y niños por igual. Ese era Izuku, el héroe entre héroes; el gobernante del infierno o también conocido como el héroe sin esperanza.
Mika: Así que este es el sentimiento que te guía, dejas que tu egoísmo destruya todo a su paso, haciendo que todo sea para uno. Bien que así sea pero no dejare que me devores Izuku, al contrario hare que tu egoísmo caiga ante el mío y todo lo que alguna ves fue tuyo se convierta en mío.
Izuku: Quiero verte intentarlo pero te lo advierto una ves des ese paso no habrá marcha atrás.
Todos alrededor miraban aquel inicio de guerra entre ambos peliverdes quienes entre su propia euforia dejaron que sus llamas se alzaran frente a todos, el bello fuego carmesí de Mika Midoriya dominaba todo atrás de ella; a su tiempo que el fuego blanco y lila del peliverde dominaban sus espaldas de forma violenta. Personas aficionadas a la literatura mística tales como Shouka Todoroki, Melissa Shield o Gabriel Torres lo llegaron a comparar incluso con dos dragones que habían iniciado una lucha de orgullo y más allá personas observadores como Bakugo Katsuki o Shoto Todoroki notaron el parecido entre ambos, como dos gotas de agua.
Izuku: Aunque me gusta luchar en igualdad de condiciones al menos cuando se trata de vencer a alguien, así que toma- Lanzándole una espada- Te recomiendo usarla, aquellas que tienen una leyenda real te ayudaran a no salir muerta cuando nos encontremos-.
Mika: ¿Esta es?
Izuku: Hrunting el sabueso de las llanuras rojas, así que más te vale usarla contra mi.
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Danza de Hierro y Fuego: El regreso al Ragnarok
Hayran KurguIncluso después de que la era de los dioses debió haber terminado, incluso después de mandar a nuestros mejores guerreros contra ellos, aun así ellos siguen controlando todo.