8 💜 Púrpura

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Geto tenía una rutina tediosa dónde sus pensamientos lo abrumaban.

Exorcisar y absorber, eso es lo que hacía día tras día desde que Gojo había quedado en coma.

Se negó a exponer a más compañeros hechizeros y opto por hacer sus misiones y las de Satoru, ante la inminente soledad de la fría mansión de los Gojo, prefería cambiarse en esta y volver a la escuela a descansar sentado al lado de la cama donde reposaba su novio tranquilamente.

—¿Puedo pasar? —pregunto Shoko apenas asomando su cabeza por la puerta.

—Claro.

La chica paso dentro de la habitación y se colocó a un lado de Satoru, con sus dedos separó los párpados del albino y alumbró su ojo revisando alguna señal.

Se mostró confundida al terminar — no entiendo la razón de su estado, ya sano perfectamente y el daño cerebral no fue grave, me preguntó porque no a despertado.

Suguru miro desganado a Shoko —¿no existe un ritual?

Shoko abrió sus ojos al ver las pronunciadas ojeras de Suguru bajo sus ojos, seguía aún demasiado delgado y pálido.

—No... ¿has comido bien?

Geto trago en seco y asintió —es el cansancio de las misiones, estoy bien.

La castaña rasco su nuca nerviosa —es mejor que vayas a dormir a alguna habitación.

Suguru negó estirando su mano hasta posarla sobre la de Gojo, dejo suaves caricias en el dorso de esta.

—Me quedaré con Satoru hasta que despierte.

Shoko suspiro mirándolos fijamente —avisame si tiene alguna reacción.

Suguru la miro y sonrió levemente, nisiquiera ya se sentía capaz de hacer algo como eso —gracias, Shoko.

Está salió de la habitación sintiendose mal por no creer ser capaz de ayudar a su amigo.

Suguru se levantó de su silla, camino hasta una mesa donde se hayan un bowl con agua fresca y un trapo. Lo humedecido y volvió a su lugar.

Paso la suave tela por el rostro del mayor, no puedo evitar sentir ese vacío al no tenerlo despierto a su lado.

—Esos malditos monos van a pagar, te lo prometo Satoru...

                              🖤❤️‍🔥🤍

(Dentro de la mente de Gojo)

Satoru abrió sus ojos desconcertado, todo a su alrededor era negro y abrumador, la soledad se sentía en el pesado aire.

Miro a todos lados temeroso hasta que lo encontró, era Suguru, podía ver su espalda y su largo cabello pero ahora el pequeño moño era acompañado de una larga cabellera que caía por sus hombros.

Observó curiosos su túnica negra con un obi verde y amarillo con un diseño cuadriculado.

—Suguru, ¿desde cuándo cambiaste tanto tu estilo?

Dijo al llegar detrás suyo, el contrario de giró y le brindo una pequeña sonrisa — desde que soy un brujo, ¿lo olvídaste?

El albino se mostró confundido, rio ante tal broma. —Ay mi amor, de malvado no tienes nada, ni lo brujo.

Gojo levantó sus manos y acunó el rostro de Suguru, acercándolos.

—Te amo mi hermoso Suguru, mi único amor.

El pelinegro coloco sus manos sobre las del mayor y lo miro sin brillo.

—Mi querido Satoru, ¿qué acaso no lo recuerdas?

BAJO EL MISMO AZUL 💙 / SatoSuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora