36-Boys💙

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Megumi entró en la habitación con el cansancio reflejado en sus ojos. Había pasado una semana larga y complicada, y lo único que deseaba era un momento de paz. Dejó una bolsa de comida sobre la mesa y se sentó frente a su hermana, Tsumiki, quien lo observaba con una sonrisa preocupada.

—Megumi, te ves muy cansado —dijo ella, su voz suave y llena de preocupación.

—Estoy bien, Miki —respondió él, suspirando mientras comenzaba a sacar los envases de la bolsa—. Solo ha sido una semana larga.

Tsumiki lo miró fijamente, notando las sombras bajo sus ojos y la tensión en sus hombros.

—Sé que estás bajo mucha presión —continuó—, y no me gusta cómo los Zenin te están manipulando.

Megumi no respondió de inmediato. En su lugar, abrió un envase de comida y se enfocó en servir las porciones. Tsumiki lo observó en silencio antes de levantarse y dirigirse a un cajón cercano. Sacó una carta cuidadosamente doblada y regresó a la mesa, extendiéndosela a Megumi.

—Esto llegó para ti —dijo, su voz cargada de seriedad—. Es de Gojo.

Megumi se tensó al escuchar el nombre. Sus ojos se oscurecieron con una mezcla de ira y dolor, y se negó a tomar la carta.

—No quiero saber nada de ese tipo —espetó, su tono más cortante de lo que pretendía.

Tsumiki dio un paso hacia él, intentando calmarlo con su presencia serena.

—Megumi, por favor, al menos escúchalo. Dale una oportunidad, a pasado años intentando verte —insistió, sus ojos llenos de una súplica silenciosa.

Megumi miró la carta con desconfianza, pero aún así, no la tomó. La habitación parecía más pequeña, más opresiva con cada segundo que pasaba.

—¿Por qué de repente te importó tanto nuestro papá y su muerte? —dijo Tsumiki, su voz suave pero firme.

Megumi apretó los puños, luchando con sus emociones. Finalmente, dejó salir parte de la verdad que había estado enterrando en su corazón.

—No es tanto por mi padre —confesó, su voz temblando ligeramente—. Es porque Gojo me mintió. Me abandonó en el clan de los Zenin. Yo... yo lo adoraba, Miki. Satoru era mi modelo a seguir. Pero lo que me hizo... me dolió tanto en el corazón que no puedo perdonarlo.

Tsumiki lo miró con tristeza, comprendiendo la profundidad de su dolor. Dio un paso más cerca y le tomó la mano.

—Megumi, sé que te hirió, pero a veces las personas cometen errores. Quizás haya una razón detrás de sus acciones que no conoces. Dale una oportunidad de explicarse.

Megumi sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas que se negó a derramar. La tensión entre los hermanos era palpable, un tira y afloja entre el deseo de protegerse y la necesidad de respuestas.

Finalmente, soltó un suspiro pesado y se levantó de la mesa.

—Me voy —dijo, su voz apenas un murmullo.

Tsumiki se apresuró a entregarle una pequeña bolsa que había preparado con anticipación.

—Esto es para Itadori —dijo con una sonrisa triste—. Sé que le gustará.

Megumi tomó la bolsa y la miró por un momento, su expresión suavizándose un poco ante el gesto de su hermana.

—Gracias, Miki, te quiero—respondió en voz baja, dando un beso en la frente de la chica.

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BAJO EL MISMO AZUL 💙 / SatoSuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora